El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La influencia del materialismo y el ateísmo ha creado una sequía del alma que muchos quieren regar con el ocultismo y la superstición.
Vivir de cara a Dios, pero de espaldas a las problemáticas del hombre sin pensar en el mundo sufriente, es vivir una espiritualidad mentirosa.
Humor inteligente.
Cuando el diablo miente, dijo Jesús, está hablando en su lengua materna. Como seres humanos caídos que somos, también es la nuestra. Mentir es algo universal.
“Nada es verdad ni mentira, depende del color del cristal con que se mira”.
Compruébalo tú mismo. Lee la historia de Jesús y sus seguidores, y saca tus propias conclusiones.
Hoy un ‘hecho’ es sólo algo que alguien siente que es cierto o desea que lo sea. Política y medios de comunicación sufren este ‘estatus decreciente de la verdad’ como en tiempo de Isaías y Jeremías.
Es necesario que nos topemos con nuestra oscuridad, para que apreciemos y seamos cautivados por la luz que puede cambiarlo todo.
La brillante y reveladora película de Alberto Rodíguez describe el trayecto vital de gente que ha hecho del chanchullo su guarida y hasta su razón de ser.
El habitualmente riguroso diario El País publica un artículo dando como cierta la información de una web satírica para hacer una dura crítica al conjunto de los evangélicos.
Jesús lo advirtió: hay pequeñas actitudes o motivaciones que entran en la vida para dominarnos.
En el fondo de los sepulcros están las figuras fantasmales del mal aunque nos esforcemos para cubrirlas con mantos farisaicos.
Muchos callan la verdad. Pero ese silencio es un silencio cómplice, la mentira de silenciar la verdad.
Una investigación demuestra que la corrupción de las instituciones induce a los ciudadanos a actuar de manera deshonesta. La cultura de corrupción modula la honestidad individual.
Las palabras bellas y la práctica del ritual de espaldas al dolor de los hombres es simplemente una mentira.
Todavía ahora, durante las horas más concurridas, se le puede ver caminar arrastrando la pierna...
La cizaña no es una persona. No viene sola a camuflarse, alguien la trae. Es la maleza que causa una persona en el campo personal de otra.
El odio se palpa en los soldados desde el primer plano de la última película de Clint Eastwood. Pero aún Chris tiene reparos y remordimientos a la hora de disparar.
Me produce sorpresa encontrar con bastante frecuencia al mentiroso enredado en su propia trampa.
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