El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Todos precisamos del Señor, no con supercherías o como si fuese un talismán de la buena suerte, sino con verdadera fe en su persona.
A Carmen todo aquello le aburría. Ojalá su amiga no se demorase. Quería marcharse ya.
El que escribe, escriba. El que lee, lea. Ambos se fortalezcan.
Dos se hacen uno. La relación entre ellos se fortalece. Las vivencias se comparten de manera íntima. Se acrecienta la amistad.
Si el fin del mundo está cerca, lo mejor es detenerse, aguardar. ¿No es así cómo interpretan algunos cualquier señal del fin?
Hasta que a Ana le llegó la alegría de ser madre, había llorado mucho su tristeza. Tras el llanto de un corazón enlutado, renació la alegría y el saber proclamar las bondades del Señor.
Necesitamos que se comporten bien con nosotros, y sabemos que debemos ser así con los demás. Cualquier persona merece recibir lo bueno.
Estos que se empecinan en obligar a los demás a someterse con toda humildad, espantan a la gente por la tufarada que exhalan.
Con nuestros malestares anochecieron sus días. Con simples besos se sintieron agradecidas. Nos han querido como a nadie más en el mundo.
― Reseca, tiene usted la córnea muy reseca. ¿Abusa mucho de las pantallas?
Practiquemos la paciencia por mucho que nos cueste y esperemos en él. Vivamos con libertad sin que nadie logre herirnos con sus falsos testimonios.
Pidamos perdón al Señor por todo lo que hacemos mal, del poco cuidado que tenemos con la gran misión que se nos ha encomendado. Todos nuestros actos, buenos o malos, repercuten en la Tierra.
El egocentrismo nos lleva a olvidarnos de las necesidades del prójimo que, igual que nosotros, precisan el bien.
Sabemos que tenemos que abandonar la vida que hasta ahora llevamos. El camino cuesta, se hace largo. Pero Dios nos guiará a salir del vano entorno.
Jesús no disfrazó la realidad, y menos estando al borde de la muerte.
Porque el Señor no desprecia un corazón hecho pedazos, nosotros tampoco.
Wendy cose, cuida de sus hermanos, les educa, duerme en la misma habitación por si despiertan de noche. Hace a la perfección el papel que en los hogares se le asigna a la hermana mayor: ser una madre más en la familia.
Probaría de otro modo, en lugar de alargar su mano, le estamparía dos besos para ver si sentía algo distinto.
La igualdad entre las personas no necesita ser justificada, es el deseo del Señor.
Jesús, el amigo de las mujeres, anima a Marta a quererse, a soltar su carga. Le abre la puerta a recibir otros derechos que les eran negados.
Se tapan los problemas que provocan conflictos hasta que comienzan a pudrirse. Es bueno analizar y buscar la raíz de los problemas para encontrar soluciones dignas.
Ojalá regresemos pronto a lo de antes, ojalá el después no llegue.
El diablo de la guerra el que iba tras ellos. Toda la población civil de Málaga se vio bombardeada.
El libro de Eclesiástico ofrece unas normas de respeto familiar para que se lleven a cabo tanto con los padres como con las madres.
Recordemos sin olvidarlo nunca que Dios está por nosotros, no contra nosotros, que en su amor no hay temor alguno.
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