El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La Biblia afirma claramente que Dios siempre posee el control, la dirección y la capacidad de interactuar con las criaturas.
La grandeza y supuesta ineficiencia del cosmos parecería incompatible con el carácter del Dios que se revela en la Biblia. ¿Es realmente esto así?
En su estado actual, la cosmología no tiene ni idea de si el Big Bang marca el comienzo del universo, o no.
¿Es realmente Dios una simple excusa tautológica? Yo creo que no y vamos a ver por qué.
Ninguna otra persona tiene tus mismos talentos y tu personalidad, tu fortaleza, tus debilidades, tus capacidades e incapacidades, tu destreza y las relaciones que tú tienes.
Cuando hablamos del cielo queremos expresar un ámbito intemporal que trasciende este mundo espacio-temporal. Como dijo C. S. Lewis el pasado siglo: “Dios no tiene historia”.
Esta hipótesis del multiverso pretende eliminar la pregunta sobre cómo es posible que se dé un ajuste fino de las constantes del cosmos tan altamente improbable, así como la consiguiente conclusión teísta.
La simple lógica nos dice que ninguna ley de la física puede crear materia a partir de la nada, por tanto, la ley de la gravedad no pudo crear el universo, a pesar de las elucubraciones de Hawking.
Esta solución catastrofista la venían proponiendo los creacionistas con su referencia al diluvio universal. Y la paleontología no tuvo más remedio que darles la razón en este sentido.
Nos referimos a la creación de Dios, su amor por la humanidad y la gratuidad de la salvación.
Es fácil constatar, en algunos cosmólogos contemporáneos, cierta tendencia a buscar modelos físicos de la creación a partir de la nada que no requieran de ningún agente sobrenatural.
La historia siempre es más compleja de lo que algunas reconstrucciones simplistas querrían. Y por lo tanto, hay que resistir el uso o el abuso de la historia con fines partidistas.
El VII Encuentro de Docentes Evangélicos resalta el valor de la creatividad en la labor educativa.
Una creación a partir de la nada o un universo sin comienzo requieren por igual la existencia de un Dios creador trascendente.
Si nos volvemos al Creador encontramos la razón por la que fuimos creados.
Una revista científica se retracta de la publicación de un artículo que afirmaba que en la mano humana se percibía “el diseño del Creador”. El científico Antoine Bret nos da su opinión.
Natanael Planes propone que las ideas que tengamos las llevemos a cabo con excelencia.
“Hemos confundido nuestra política con nuestra fe”, piensa la respetada científica atmosférica de fe evangélica Katharine Hayhoe. “Si realmente creyéramos lo que dice la Biblia, estaríamos al frente de este asunto”.
La selección natural y las mutaciones aleatorias no podrán nunca sustituir la necesidad de un Dios Creador.
Versión propia del texto de Lucas 10, 38-42: lo que a continuación se lee no es ni mucho menos teología sino, más bien, simple desahogo personal.
La encíclica critica con dureza el sistema económico impulsado por el capitalismo feroz que daña la naturaleza, y por tanto, a los seres humanos más débiles.
No pretendo discutir, solo conversar con los oyentes sobre esa cuestión, en recuerdo, además, de la Reforma.
Los cristianos nos deberían padecer por malas razones. La Iglesia no debería sufrir porque algunos de sus miembros exhiben su ignorancia en Internet o en las bibliotecas.
La probabilidad de obtener por casualidad una sencilla proteína de tan sólo cien aminoácidos es exactamente una entre veinte elevado a cien.
¿Cómo aparecieron juntos todos los ingredientes, constantes y fuerzas necesarios, en el momento oportuno y en la medida adecuada, para producir un universo capaz de albergar la vida? Sólo se han dado dos respuestas: azar o diseño.
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