El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La definición bíblica de omnipotencia divina es la de un poder ilimitado e infinito empleado para realizar su eterna voluntad.
Dios no puede cambiar. Lo que ocurre es que sólo se puede comunicar con el hombre hablándonos en términos humanos.
Podemos amar a muchas personas por lo que significan para nosotros, pero tenemos que reconocer que no hay nadie como Jesús.
Siempre que la Biblia se refiere a los celos de Dios lo hace en relación a la idolatría en que a veces cayó el pueblo elegido.
Jesús manifestó públicamente que él no necesitaba el testimonio de testigos, como los antiguos profetas de Israel, porque tenía autoridad divina.
El concepto de eternidad es ajeno a nuestra propia naturaleza material finita, de ahí la dificultad de entenderlo completamente.
Ni el más grande hombre o mujer en la historia de nuestro mundo, es capaz de absolutamente nada desconectado de Dios.
Dios tiene sus tiempos y cuando interviene es inapelable.
Si hay algo que Jesús ha dejado claro, en el N.T., es que Dios no es un sádico que se complace en hacer sufrir al ser humano.
Ellos fueron una “buena noticia” para muchos, a los que su mensaje de amor sigue inspirando hasta el día de hoy, pero ¿es esa “la buena noticia” de Jesús?
Después de la pandemia no ocurrirá nada que no esté comenzado a suceder ahora, porque lo que seremos entonces lo dirá cómo vivimos y aprendemos en este momento.
Cuando decidimos como seres creados que no nos interesaba encajar al Creador en nuestros planes, establecimos que caminaríamos solos.
Durante esta pandemia mundial, muchos se hacen preguntas.
La crucifixión de Cristo y su posterior resurrección nos confirman que la muerte tiene los días contados. Del amor de Dios que llevó a Jesús a la cruz, no podrá separarnos nada.
Otro texto inédito del poeta peruano-salmantino, apropiado para estos tiempos.
Luego de estar hospitalizado y de recibir la autorización del papa Bergoglio para oficiar que Karol Wojtyla le retiró desde 1984, Cardenal se recuperó asombrosamente y volvió a su casa para seguir escribiendo.
Un texto que forma parte de ‘Poemas de Vida. Antología 1992-2007’, recientemente publicada por Idependently (Santiago de Chile, 2020).
Lo que es importante en la vida es aquello que nos abre las puertas de la eternidad.
Ser Dios es imposible y no tanto porque tengas que hacer milagros y ocuparte de los problemas de todos, sino por lo que es la esencia de su propio carácter.
La creencia de que la ciencia contradice al teísmo o a la fe cristiana no es cierta y responde más bien a ignorancia o a intereses ideológicos.
Dios quiso remachar lo que ya dijo una vez, para que no lo olvidáramos. Todo buen maestro conoce la importancia que tiene la repetición, para que la lección penetre.
La cruz es la que nos salva, y no nuestros méritos.
Si abandonamos a Dios, sufriremos miles de pequeñas y grandes injusticias cada día, porque nadie sabe lo que está ocurriendo ¡Nadie puede ni siquiera darse cuenta de lo que ocurre!
La obediencia ciega no es una respuesta válida en los momentos en los que la injusticia reina.
La enseñanza de la Biblia libera mientras que las de los maestros humanos esclavizan.
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