El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La cizaña no es una persona. No viene sola a camuflarse, alguien la trae. Es la maleza que causa una persona en el campo personal de otra.
Al menos la mitad de las 400 sepulturas de una ciudad de la Alsacia francesa han sido afectadas por el ataque.
“Millones de niños son explotados laboralmente o convertidos en soldados o esclavos sexuales. Como cristianos no podemos mirar hacia otro lado”, dice la directora de la publicación, Jacqueline Alencar.
La semana de oración ayudó a “construir relaciones” entre las comunidades cristianas y buscar una “cooperación local continua”. Impresiones desde República Checa, Italia y España.
Madrid acoge un seminario que procura recuperar la memoria histórica del exterminio gitano a manos del nazismo.
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