Segunda parte del escrito que sirvió de base para mi participación en la presentación del libro de Kathleen M. McIntyre , el pasado 25 de julio en Tlaxiaco, Oaxaca, México. 

El 25 de julio tuvo lugar, en Tlaxiaco, Oaxaca, la presentación del libro. Su autora, Kathleen M. McIntyre, tuvo la generosidad de invitarme para ser uno de los comentaristas.

Vine a Oaxaca para dar varias charlas y conferencias.

Sólo en Chiapas, desde los años 60 hasta la fecha, han sido expulsados 30.000 evangélicos de sus tierras, por razones religiosas.

La presente situación es resultado de la intolerancia violenta contra la comunidad evangélica de Ozolotepec. Pero también consecuencia de la inacción de funcionarios gubernamentales designados por usted.

El pasado 4 de noviembre el alcalde de Ozolotepecordenó demoler su templo, y linchar, encarcelar y torturar a los fieles, explicó el organismo. Algo que viene de lejos y siendo denunciado formalmente sin respuesta.

Los evangélicos bloquearán la ciudad durante el Congreso Mundial de Ciudades Patrimonio si no se atienden sus peticiones de libertad religiosa, social y política.

El propio edil de S. Juan Ozolotepec acosa a los evangélicos por el “delito” de no practicar el catolicismo. Les niegan servicios y les avisan que van a quemarlos o arrojarlos a un barranco.

La comunidad evangélica de San Juan Ozolotepec, compuesta de unos cien miembros, recibe amenazas del alcalde por no participar en los pagos de las festividades católicas.

Los pobladores querían expulsar a 12 creyentes evangélicos y cerrar el templo.

«Ya basta de intolerancia religiosa en Oaxaca», dice Alejandro López Jarquín (PRD).

Expulsados de sus casas, encarcelados por su fe, e ignorados y sin ayuda de ningún tipo.

El portavoz de la Arquidiócesis de Oaxaca defendió a los indígenas católicos de Ixtlán y a las autoridades locales, que agredieron a un grupo de 70 evangélicos por no profesar la religión mayoritaria, calificándolos de “sectas” que pretenden dividir a los pueblos.

Campesinos de la región de Santiago Teotlasco, en Oaxaca (México) han presentado denuncias por la expulsión que han sufrido a causa de no profesar la religión católica, la cual predomina en esta región del Estado.

Los evidentes abusos a evangélicos, que no han cesado en los últimos meses en algunas regiones de México, sigue intentando ocultarse o –aún peor- justificarse por parte de la Iglesia católica. La última actuación es la del portavoz de la Arquidiócesis de Oaxaca, que defendió a los indígenas católicos de Ixtlán (Oaxaca) y a las autoridades locales, que agredieron a un grupo de 70 evangélicos por no profesar la religión mayoritaria, calificándolos de «sectas» que pretenden dividir a los pueblos.

Unos 70 cristianos evangélicos de la Iglesia pentecostal “Más que Vencedores”, están a punto de ser linchados en la comunidad de La Palma, Municipio de Ixtlán de Juárez, Oaxaca, entre ellos 25 niños, por autoridades y católicos que encabeza el agente municipal, Zósimo Mendoza, quien dio la orden de “asesinar” a los creyentes protestantes.

Gonzalo Báez-Camargo (I)

Fue un gran escritor en un país de pocos lectores. Puso su pluma al servicio del Evangelio, estudioso de toda la vida, fue un incansable traductor y maestro de Biblia. Educador, poeta, periodista, arqueólogo, lingüista, editor y organizador de proyectos intelectuales evangélicos. Su ministerio estuvo guiado por la convicción de que, como discípulo de Cristo, era necesario cultivar una fe ilustrada.

Oaxaca es un ejemplo de impunidad legal para quienes quebrantan los derechos humanos, según se desprende de un estudio realizado por la Comisión Internacional de Juristas que fue presentado ante la Relatoría de Detenciones Arbitrarias de la ONU.

Las familias en el municipio de San Carlos Yautepec, Estado de Oaxaca, deben pagar 50 mil pesos por ser cristianos, ya que están amenazadas bajo coacción de muerte por las autoridades locales.

Ante la gravísima situación en el estado de Oaxaca, agravado por la decisión gubernamental de reprimir y avanzar con tropas, un grupo de pastores y pastoras metodistas dieron a conocer un comunicado, pidiendo oración y reflexión en las congregaciones.