El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La mujer del libro de Apocalipsis 12:1-5 y otras consideraciones.
El acto de consagración al Inmaculado Corazón de María debería dejar boquiabiertos a todos los evangélicos que, en los últimos años, se han emocionado al ver en el Papa Francisco a un “creyente” cercano a la fe evangélica.
Quien ama a Dios debe amar todo lo que viene de Dios. Y María fue el don de Dios para dar a luz al que sería el don del mundo.
Vale la pena mencionar la regresión espiritual que estamos presenciando en medio de la crisis de la pandemia.
“La mariología se encuentra en el centro de la doctrina y la práctica católicas: no es una cuestión secundaria”, señala el teólogo evangélico italiano Leonardo de Chirico.
Aparte de la circulación de los evangelios apócrifos y de la introducción de patrones discutibles en la interpretación bíblica, el marco espiritual en el que surgió la mariología fue la piedad popular.
El Papa Francisco sigue aferrándose a la idea de que, mientras sus hijos cometen errores, la iglesia es indefectible.
La mariología no está demasiado interesada en la enseñanza bíblica, sino que está envuelta en profundas aspiraciones del corazón que aparentemente no son satisfechas por la persona viva de Cristo.
La mariología tiende a ser una intrusa dentro de la armonía trinitaria y un obstáculo para una apreciación completa de quien es el Dios Trino.
Trataremos cuatro puntos: 1) la Asunción de María; 2) la intercesión de María; 3) el influjo salvífico de María; 4) invocando a María.
El Catecismo razona que María es Madre de la Iglesia por dos razones: 1) dio a luz a Cristo y 2) Juan 19:27.
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