El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En 2014 se conmemoraron dos fechas que marcaron la historia: los 500 años del nacimiento de John Knox, fundador del presbiterianismo, y los 80 de la Declaración de Barmen, importantísimo documento de oposición religiosa y teológica al nazismo en Alemania.
Sigue resultando necesaria y hasta urgente una relectura y reinterpretación del evangelio de Lucas, tan reivindicador como es de por sí, en una clave que lo siga actualizando e insertando en la realidad latinoamericana.
"Greene y Mauriac me enseñaron que la pintura del mal, con todo y su pesimismo y su crudeza y su desgarramiento, alude más a Dios y a su gracia que las pinturas apologéticas de la novelista piadosa".
Sin ánimo de “violentar la sensibilidad de los cristianos”, Leñero afirma que, con su novela se propuso, más bien, “acrecentar las enseñanzas que hemos recibido y fortalecer y depurar nuestra fe”.
En 'El luto humano', el fatalismo es un factor fundamental en la trama de la historia, pero no en términos de lo cristiano sino “consecuencia histórica, vaciada en los moldes, ya sin espíritu, de la religión ancestral”.
El conflicto enfrentó a creyentes católicos, en mayor o menor medida que, al compartir la misma fe, se vieron inmersos en una lucha que rebasó ampliamente su percepción de la realidad social del momento.
Hoy, a cien años de su nacimiento vuelve a avivarse la polémica sobre una tendencia que se ha señalado persistentemente en la escritura de Revueltas: una cierta forma de religiosidad que algunos han asociado a la fe católica que conoció desde muy joven y que lo llevó a leer varias vidas de santos. En estos días de tantas conmemoraciones y recuentos, se ha calificado a sus novelas como “bíblicas”.
Los títulos de muchas de sus obras manifiestan algo que se ha señalado persistentemente: una orientación religiosa convertida en pasión revolucionaria: 'Dios en la tierra' (1944), 'En algún valle de lágrimas' (1956), 'Los motivos de Caín' (1957), 'La palabra sagrada' (1960).
La ruptura de Lutero con el escolasticismo fue absoluta. En el caso de Calvino, la hostilidad se deriva de los mismos supuestos y quizá, señala Kolakowski, fue más aguda puesto que el conocimiento natural es cuestionado profundamente.
El desconocimiento filosófico de los reformadores no fue obstáculo para influir, a contracorriente de sus intenciones originales, en espacios intelectuales que no imaginaron, al grado “que puede considerarse como obra de la Reforma todo lo sucedido en la cultura europea de los siglos posteriores, en el sentido de que no podemos representárnoslo sin ella”.
El librito en cuestión (84 pp.) es un auténtico “paseo” por las vidas y acciones de este grupo de reformadores y reformadoras que, en mayor o menor grado, contribuyeron a que las reformas religiosas impactaran plenamente en las sociedades que las dieron a luz.
Alves es una de las grandes figuras de la literatura brasileña contemporánea, además del lugar que consiguió dentro del panorama teológico e intelectual desde su juventud.
Teología y Poesía en diálogo fecundo: Rubem Alves.
Teología y Poesía en diálogo fecundo en Rubem Alves (I)
Fui una letra de tango
para tu indiferente melodía.
Julio Cortázar, “Quizá la más querida”
La muerte es un hábito colectivo. Nicanor Parra, Artefactos (1972)
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