El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Si entendemos con Stott que “la fe evangélica no es nada más que la fe cristiana histórica”, el movimiento evangélico es un lugar de encuentro y no de separación.
La vida de Stott es un testimonio de cómo más allá de nuestro carácter, Dios nos puede moldear por su Espíritu, para ser útiles a Su servicio, como instrumentos de Su Gracia.
Si Stott fue uno de los principales representantes del cristianismo evangélico del siglo pasado, no era por una agenda social o política, sino por su pasión por el Evangelio.
Nunca le gustaba exhibir su espiritualidad, pero tampoco hacer publicidad de sus actos de caridad. Por eso, hasta que su biógrafo no leyó su diario, nadie conocía la historia de cómo el pastor desapareció unos días para hacerse vagabundo.
John Stott no fue a All Souls deliberadamente. Era su iglesia de toda la vida. Volvía al lugar donde se había criado.
El protestantismo en que me he criado era fundamentalista o liberal. No había término medio. Stott me enseñó, sin embargo, que había una “tercera vía”.
Stott aprendió de Bash que la evangelización nunca debe ser manipuladora. En su estilo de campamentos se evitaba la presión por lograr una respuesta emocional al Evangelio, que en el caso de adolescentes no suele tener un efecto duradero.
La objeción de conciencia del “tío John” mientras su padre estaba en el cuerpo militar de sanidad, rodeado por los nazis en Dunquerque, le llevó a una incomprensión y ruptura, por la que no tuvieron ninguna relación durante muchos años.
Hablando de su vida antes de conocer a Cristo, Stott decía que “no podía entender por qué estaba envuelto en una neblina y no podía acercarme a Dios. Parecía remoto y distante. Ahora sé la razón. Dios no era responsable de esa nube, sino yo.”
Cansado de los predicadores de moda en Estados Unidos y del fanatismo político de un movimiento evangélico cada vez más extremista, siento nostalgia de aquel “cristianismo histórico” del que hablaba Stott.
El enfrentamiento y el intercambio de insultos en controversias desmedidas sobre ciencia y fe producen más calor que luz.
La ex-primera ministra británica Theresa May asegura que la decisión de cerrar los lugares de culto podría “sentar un precedente”.
Lo mejor de su obra es la conexión tan fuerte que establece entre Cristo y el Espíritu. No podemos separar uno del otro.
Packer acabó siendo “culpable por asociación”, para ambos lados. Para unos era un fundamentalista, para otros demasiado abierto.
Su documento, de alto vuelo bíblico y teológico, cae a tierra y pierde pertinencia y sentido práctico cuando lo aplica al contexto y realidad que vivimos hoy.
Después de sumarse a las críticas contra un alto cargo del gobierno que violó el confinamiento, algunos líderes eclesiales han recibido ataques en la red.
No, este libro no es un proyecto comercial, sino que nace en el corazón pastoral de Piper. Una reseña de Mateo Hill, de Pasión por el evangelio.
La respetabilidad que el cristianismo significa para John, fue unida siempre a la experiencia de haber estado yendo cuatro días a la semana a la iglesia, que era el centro de su vida adolescente.
Su música ha marcado toda una época, pero ¿cómo puede conectar con cada nueva generación? ¿Cuál es su mensaje? ¿Se puede decir que hay un evangelio según los Beatles?
El reconocido matemático y apologista publica de forma gratuita un libro sobre las circunstancias actuales y la respuesta que ofrece la fe cristiana.
Las Escrituras hablan de estos temas y, por lo tanto, es de nuestra incumbencia intentar entender lo que Dios nos ha revelado, mientras dependemos totalmente del Espíritu de verdad.
Desentrañar las razones del apoyo de los evangélicos blancos a Trump en las elecciones presidenciales de 2016, es el objetivo del nuevo libro del escriitor John Fea.
Con el respaldo de la Cámara de los Comunes asegurado, el candidato del Partido Conservador tendrá vía libre para ejecutar el Brexit en enero de 2020.
Mientras los judíos hablan de que “un nuevo veneno ha echado raíces en el Partido Laborista”, el Consejo Musulmán Británico asegura que la islamofobia es “endémica” e “institucional” en el Partido Conservador.
Se encontrarán muchas excusas que justifican la desvinculación del proceso político. No obstante, cuando nos tomamos las elecciones como un mero acto consumidor, la desilusión y la desvinculación llegan de forma inevitable.
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