El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Basada en un relato de Stephen King, esta película explora los temas de la esperanza, la amistad, y la libertad interior, a pesar de transcurrir en un ambiente asfixiante, sombrío y de aparente desesperanza.
La fe cristiana nos compromete con el mundo y con el prójimo apaleado y tirado al lado del camino.
Una crítica de la película Gladiator, de Ridley Scott (2000).
En la muerte y resurrección del Mesías, el Señor, nuestro Dios, nos santifica. El que es tres veces santo, hace que su pueblo sea santo, sin mancha, ni arruga, o cosa de qué avergonzarse.
Toda su obra es una búsqueda de redención. Por eso, dice el músico, “he intentado leer la Biblia un tiempo”.
Redimir significa literalmente: Conseguir la libertad de una persona o sacarla (rescatarla) de la esclavitud mediante el pago de un precio.
Nuestra sociedad vive muchas veces bajo el mito de la violencia redentora. Nuestros ídolos no solo pueden hacer lo que quieren, sino que, además, imponen “justicia” tal como quieren.
Es imperativo resaltar que, a diferencia de los de Cristo, nuestro dolor ni nos salva ni contribuye a expiar nuestros pecados. Pero, en el padecimiento con él, nos identificamos con Él.
El mensaje de Charles Dickens es nítido, si un ser humano tan perverso como Scrooge pudo convertirse en una nueva persona, entonces hay esperanza.
En un sentido, El Padrino muestra las contradicciones de la religión americana. Su sacramentalismo pretende salvarnos mágicamente del pecado en que estamos inmersos.
El orgullo es siempre el mayor obstáculo para reconocer la culpa. Si esto es así a nivel individual, lo es también a nivel colectivo.
La Navidad enseña que solo Dios nos puede salvar, que no nos podemos salvar a nosotros mismos.
Jesús sigue siendo la presencia de Dios en este mundo. Hay un redentor.
Cuando se hace con sinceridad y con todo nuestro ser, los bienes creacionales y símbolos escatológicos inherentes en el juego se magnificarán, lo cual permitirá a la persona que practica deporte señalar de forma natural a Dios.
Se dijo que lo sublime es poderoso y a la vez atemoriza por su grandeza. Mas el universo atemoriza por la calidad extrema de su coherencia y orden. La belleza del universo puede fascinar a todo hombre, creyente o no, pero lo sublime lo excita a pensar más allá, reta a su razón, lo rinde a creer.
Inspirada en la canción ‘I Can Only Imagine’, la película ahonda en una historia de redención y esperanza a través de la vivencia de un hijo y su padre.
¿Qué hace el Espíritu Santo en nuestra justificación?
Texto basado en Lucas 15:11-32. La hija perdida medita e inicia el regreso hacia el hogar.
El nuevo Premio Princesa de Asturias de las Artes es un director que ha ansiado siempre la pureza, pero se ve como “un católico fracasado”.
Que Dios no desacredita el testimonio de la mujer es tan cierto como que Su Hijo no vino ‘hecho hombre’ desde el Cielo. Nació de una mujer y sin la participación de un varón.
La Biblia enfatiza la realidad del pecado como una falla humana, como una enfermedad que solo puede ser curada por Jesucristo.
Jesús sigue siendo la presencia de Dios en este mundo y Su Espíritu Santo puede transformar cualquier existencia mucho más de lo que podamos imaginar.
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