El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Algunos cristianos hablan mucho de Él, presumen estar llenos de la presencia del Espíritu, pero sus vidas no dan le fruto de Él.
Que Dios es amor no debe llevarnos a pensar que este amor es una blandura indulgente, divorciado de toda consideración moral.
Nadie puede decir que cree o tiene fe en Jesús si no da evidencias de un verdadero arrepentimiento.
Mientras el «cristiano buzo» solo busca a Dios esporádicamente para conseguir algún beneficio personal, el cristiano genuino permanece en Él.
En la fe cristiana, la verdad sobre Dios no irá más allá de lo estrictamente revelado, aunque nuestro entendimiento de lo revelado crezca a través de los siglos.
A diferencia del panteón griego, de dioses fríos y distantes, nosotros (cristianos), tenemos un Dios que comparte el dolor con la humanidad herida.
Las ideologías que permean nuestra sociedad occidental actual son tan fuertes que la mayor parte del cristianismo occidental no sabe cómo atajarlas.
Hemos tratado de cavar y encontrar por nosotros mismos la fuente esencial del sentido de la vida, pero no nos damos cuenta de que esas cisternas están rotas.
Comprender que somos seres espirituales todo el tiempo nos permitirá buscar la dependencia constante de Dios a través de su Espíritu y no solo en momentos puntuales para acallar nuestras conciencias.
Una breve introducción a los hebraísmos que motive al lector a seguir profundizando en el estudio de las reglas de interpretación del texto bíblico.
La «Sola Scriptura» es una garantía de que nada que se halle en oposición a las enseñanzas de Cristo y los apóstoles sea finalmente considerado un dogma por la Iglesia.
La Biblia no solo nos ha sido dada para nuestra información, sino para nuestra transformación. Pero ten en cuenta que solo Dios puede darnos la sabiduría espiritual para entenderla.
Las congregaciones que imponen normas humanas y prescripciones pesadas en aras de buscar la santidad, están corriendo en la dirección contraria.
Hablar del legalismo en la cristiandad no es fácil, pues suele causar crispación entre los mismos creyentes.
El “diotrefismo” ha pasado de ser una anomalía en la iglesia de Cristo a la norma predominante en muchas iglesias.
Me gustaría mencionar algunas de las diferencias entre la Escritura y la Persona de Jesucristo, así como algunos de los riesgos a los que nos exponemos cuando no tenemos esto en consideración.
Se trata de que el Espíritu Santo posea más de nosotros; más de nuestros pensamientos, de nuestras decisiones y de cada área de nuestra vida.
Debemos ser sumamente humildes en expresarnos de una forma extremadamente dogmática en puntos como este.
Más del 90% supo contestar correctamente que la iglesia no era un simple edificio, sino el conjunto universal de creyentes en Cristo nacidos de nuevo.
Es cierto que en ocasiones se ha enfatizado más la parte divina de las Escrituras, pero la iglesia siempre ha reconocido la doble autoría de la Biblia; la humana y la divina.
Todo comenzó con la idea de hacer una encuesta anónima sobre el dogma trinitario. Con más de 12.000 respuestas, las estadísticas son sorprendentes.
Durante estos últimos días, no he dejado de meditar en la conocida plegaria enseñada por Jesús a sus discípulos y universalmente conocida como el «Padrenuestro». A pesar de su sencillez y de la ausencia de pomposas alabanzas, su contenido es realmente profundo y digno de toda reflexión.
Me apena ver el sentido peyorativo que el término «católico» ha tomado en muchos círculos evangélicos actuales, así como el rechazo del evangelicalismo moderno a todo lo que posea este título.
Si el oyente piensa que la autoridad es el predicador y no la palabra de Dios, entonces el oyente buscará seguir al predicador y no a la palabra de Dios.
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