El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Más de 360 millones de cristianos en el mundo actualmente están experimentando todas las realidades y etapas de un conflicto bélico.
Un cristiano puede sufrir acoso laboral, discriminación salarial o directamente se le puede negar el acceso a un trabajo.
Consisten en préstamos de pequeña cuantía y corta duración y cuyo objetivo final es el de financiar proyectos de autoempleo, que se mantengan en el tiempo.
El objetivo final de la persecución es el de detener el avance del evangelio y la propia expulsión de los cristianos.
Si mi deseo de ayudar a la iglesia perseguida no pasa a la acción, ¿cambiaría algo la realidad de los cristianos perseguidos en el año 2021?
La libertad religiosa ejerce una gran influencia en el uso de los recursos naturales, en la ética de trabajo y moralidad de los recursos humanos.
La persecución siempre vulnera los derechos del perseguido.
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