El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Marilyn buscaba el amor en el lugar equivocado. Sin él, la vida no tiene sentido.
Freud aprendió más de los grandes maestros de la literatura universal que de los grandes psicólogos. Entre estos maestros no pudo faltar Cervantes.
Los discípulos del Señor Jesús ya habían asumido la realidad de cierto “inconsciente” en su relación con el Maestro.
Sentimos una fuerte tensión al ver lo apartados que están nuestros majestuosos ideales y su pobre relación.
Lo maravilloso de ‘La sesión final de Freud’, que vuelve ahora a una pequeña sala de Madrid, es que presenta los argumentos de la fe, sin que resulten amenazadores.
No he visto nunca exponer con tanta claridad las ideas apologéticas de Lewis. Su compasión por un Freud va unida a una lucidez tal, que hace una de las presentaciones más brillantes de la fe cristiana que he visto sobre un escenario.
Dios escogió hacernos llegar una parte de lo más trascendental y trascendente actuando sobre la esfera inconsciente de los seres humanos.
El Psicoanálisis y la Teología (bíblica), tienen en común que ambas tienen como objetivo al hombre y cómo ayudarle a paliar o superar su sufrimiento.
En ‘La sesión final de Freud’ (Teatro Español, Madrid) se produce un genial e insólito diálogo entre dos titanes del pensamiento del siglo XX.
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