No nos dejemos llevar por los valores de las sociedades de opulencia en las que vivimos.

Yo creo que la Biblia es aún más dura. Mucho más dura. Enfoca la justicia más que a la aplicación de la ley.

Uno de los pecados mencionados en el Decálogo (Éxodo 20: 1-17) junto al culto a las imágenes, el homicidio, el adulterio o el robo es la mentira.

La Biblia nunca antepone la propiedad privada a las necesidades de los pobres, y sus leyes pretenden siempre velar por la igualdad económica de todos y una sociedad justa.

Calvino, economía y Bíblia (VI)

No solo fue en Ginebra y en Escocia, donde las clases medias aceptaron y defendieron la llamada “tiranía” calvinista, frente al desánimo y laxitud eclesiástica católica, que creaba un espíritu de pobreza, desde las múltiples instituciones de caridad, entendida esta del sentido de justicia social. Los Paises Bajos y la Nueva Inglaterra del siglo XVII aceptaron la armonía del Antiguo y Nuevo Testamento en la que el Dios