Varios fracasos laborales y experiencias de vida me llevaron a tomar una de las mejores decisiones.

Las dificultades nos prueban y contribuyen a nuestra madurez y crecimiento espiritual. La cuestión es cómo las enfrentamos y las sobrellevamos y si saldremos airosos de ellas.

Un poema de Antonio Cruz. (Selecciona Isabel Pavón)

Hoy es apreciable un brote de inmadurez cristiana flotando en las redes.

Me he topado con esta historia por casualidad y la retomo hoy ya que me parece bastante ilustrativa para ayudarnos a aprovechar nuestra existencia.

Cuando somos jóvenes, pensamos que vamos a vivir para siempre. La muerte es aquello de lo que nunca hablamos.

Nunca regresaré al punto del cual voy a partir, volveré a otros muchos lugares, pero ahí, no.

Verdes aún y sin conocimiento del esfuerzo que conduce a la madurez, creyéronse preparadas para seducir.

Las personas maduramos también, más o menos, en función de las circunstancias que hemos vivido.

No somos maduros, santos, porque no tendemos a serlo. No digo que no queremos, porque algunos lo quieren.

A veces pienso que las personas se parecen al vino, los años hacen agrios a los malos y mejoran a los buenos.

Roger Federer dice: «Voy a cada partido pensando que puedo perder. La mayor parte de los días pienso que me pueden derrotar si no lo doy todo». Esa es una buena actitud.

El verdadero amor empieza cuando termina el sentimiento (Erich Fromm). Amor y enamoramiento. Una reflexión de Esperanza Suárez en "Mirada de Mujer" (emisiónTV)