El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
John Stott no fue a All Souls deliberadamente. Era su iglesia de toda la vida. Volvía al lugar donde se había criado.
Continuamos nuestro recorrido por la cultura contemporánea, pasando por el cuarto libro de la Biblia, que relata la travesía de Israel por el desierto.
El protestantismo en que me he criado era fundamentalista o liberal. No había término medio. Stott me enseñó, sin embargo, que había una “tercera vía”.
Stott aprendió de Bash que la evangelización nunca debe ser manipuladora. En su estilo de campamentos se evitaba la presión por lograr una respuesta emocional al Evangelio, que en el caso de adolescentes no suele tener un efecto duradero.
El tercer libro de la Biblia es fundamental para comprender el concepto de santidad. Revisamos el significado de la santidad y sus esbozos en la cultura contemporánea.
Si de los humildes es el Reino de los Cielos y los mansos heredarán la tierra (Mateo 5:5), Patrocinio mostraba con su mansedumbre y humildad ser un seguidor de Jesús en lo único que podemos imitarlo.
En el viaje del pueblo de Israel hacia la Tierra Prometida, reciben la ley y los mandamientos, algo que también ha inspirado a innumerables músicos y artistas.
La objeción de conciencia del “tío John” mientras su padre estaba en el cuerpo militar de sanidad, rodeado por los nazis en Dunquerque, le llevó a una incomprensión y ruptura, por la que no tuvieron ninguna relación durante muchos años.
El relato de Éxodo se abre con la presentación del Dios de Israel a un pueblo esclavizado. La liberación del pueblo ha inspirado multitud de canciones, películas y diversas narrativas en la cultura contemporánea.
Hablando de su vida antes de conocer a Cristo, Stott decía que “no podía entender por qué estaba envuelto en una neblina y no podía acercarme a Dios. Parecía remoto y distante. Ahora sé la razón. Dios no era responsable de esa nube, sino yo.”
Cansado de los predicadores de moda en Estados Unidos y del fanatismo político de un movimiento evangélico cada vez más extremista, siento nostalgia de aquel “cristianismo histórico” del que hablaba Stott.
Entramos en la segunda parte del primer libro de la Biblia, recorriendo la vida de los patriarcas en esta ruta musical y cultural contemporánea.
Aunque sólo hicieron música durante cinco años, el carismático y autodestructivo Morrison logró forjar una leyenda a partir de su misteriosa muerte.
En Ruta 66, José de Segovia explora la relación entre la Biblia y la cultura musical y cinematográfica contemporánea. En cada programa, un acercamiento original a cada libro de la Biblia, el libro de los libros. Un espacio de Dynamis Radio.
El más singular columnista del tardofranquismo y la transición sigue siendo un misterio. Después de escribir miles de artículos, no se sabía cómo se llamaba en realidad, ni cuándo había nacido.
La historia de Ruth Stapleton y de Larry Flynt te muestra lo que era el cristianismo evangélico antes de convertirse en la moralina conservadora con la que ahora se asocia.
No estamos aquí para siempre. El envejecimiento nos enfrenta a nuestra mortalidad. Demuestra no sólo “la vanidad” de la vida.
En un sentido, El Padrino muestra las contradicciones de la religión americana. Su sacramentalismo pretende salvarnos mágicamente del pecado en que estamos inmersos.
Tras 55 años de obra, la pandemia ha agravado una crisis ya previa en el ministerio. El impacto de Internet y la secularización del contexto europeo amenazan a todo el sector.
Los dioses tienen pies de barro. Y cuando menos lo esperamos, nos decepcionan. Michael ha perdido la fe en la ‘Familia’.
Lo que repugna a algunos de El Padrino es la capacidad de corrupción del ser humano.
El orgullo es siempre el mayor obstáculo para reconocer la culpa. Si esto es así a nivel individual, lo es también a nivel colectivo.
En El Padrino, algo bueno como la familia aparece como una unidad criminal. Se presenta como fuente de luchas y lealtades pervertidas. Es lo que la Biblia llama un ídolo.
En 1654 Pascal anuncia en la Academia de París su Geometría del azar en que “apuesta” por la fe. Se trata de un catolicismo peculiar, por lo tanto, el mismo de Rohmer.
Lo que la gente llama muchas buenas obras, no son más actos para nuestra propia gloria que a Dios no le impresionan.
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