El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En cinco años, el porcentaje de católicos ha caído del 67% al 54,4%, mientras que ateos, agnósticos e indiferentes pasan del 27% al 40,9%. Los creyentes de otras religiones marcan máximos históricos, superando el 3%.
Dios ha tomado su mayor expresión humana en Jesús. Él y solamente Él es la Luz que ilumina nuestra existencia.
En lugar de no creer, prefirió ser puente entre conocimiento y fe, expresando que “la ciencia sin religión está coja; la religión sin ciencia está ciega”.
Los que no creen en Dios creen que la ciencia atea explica su inexistencia afirmando que Dios no ha hecho al hombre, sino al revés, el hombre ha hecho a Dios.
- Es que los cristianos siempre os estáis culpando - dijo él como ateo.
El Señor Jesús resalta en este pasaje de Mateo un aspecto positivo de tales reptiles: la prudencia o astucia.
La buena noticia de que hay vida después de la muerte se fundamenta en Jesús. El relato que seguimos hoy ha inspirado a diversos artistas nacionales e internacionales.
La sombra de la cruz se extiende sobre todas las historias de redención, aunque sus autores no comprendan el sentido único de su sacrificio.
La justicia que conocemos en este mundo es distorsionada, a veces, una parodia de la verdadera. Pilato se ha convertido en un símbolo de esa injusticia.
Cuando entramos en terreno sagrado, quisiéramos descalzarnos y andar con precaución. Eso ocurre en el huerto de Getsemaní, donde descubrimos algo del misterio en la relación entre Dios el Padre y Jesucristo.
Somos capaces de destruir aquello que más amamos y es más importante para nuestra vida. En la negación de Pedro podemos encontrar las contradicciones que todos enfrentamos.
Jesús habló sobre las cosas que habrían de venir y las señales que acompañan a su segunda venida, tema que también ha estado presente en la cultura contemporánea.
Jesús entra en el templo y echa a todos los que vendían y compraban allí. En este viaje a través del evangelio, vemos cómo la cultura popular también se indigna cuando se hace negocio en nombre de la fe.
Jesús daba vista a los ciegos, pero también habló sobre la ceguera espiritual. La cultura popular lo ha reflejado en canciones y películas a las que nos acercamos.
Es probable que la respuesta a tanta maldad haya que buscarla en la personalidad psicopática y perversa del monarca.
Nos preguntamos qué camino estamos siguiendo a partir de la respuesta de Jesús a sus discípulos sobre el servicio y la entrega total.
En la parábola de la viña y los obreros, Jesús cuestiona nuestra autosuficiencia: al final, necesitamos la gracia para salvarnos. Este concepto ha inspirado a innumerables artistas contemporáneos.
A partir del fracaso para vivir los mandamientos es que Jesús presenta la buena noticia. No hay otra forma que la humillación para acercarnos a Él.
Lo más sorprendente de la genealogía de Mateo es la inclusión de mujeres, ya que normalmente los judíos sólo mencionaban a los varones.
Un estudio de Mateo 15:32-39; Marcos 8:1-10.
Ninguna ruptura se compara a la del matrimonio, es un tema recurrente en la trayectoria de muchos músicos. Jesús afrontó este tema con realismo y profundidad.
Cuando pensamos en el fracaso de nuestras vidas, rara vez usaríamos el lenguaje que Jesús utilizó: el de la deuda.
Con la fe de un niño, como cantan Lenny Kravitz o Jars of Clay, es con la que nos podemos acercar verdaderamente a Dios. Jesús rompió esquemas al acercarse a los pequeños y desamparados del mundo.
La música popular ha sido más prolífica que el cine en presentar este llamativo episodio de la vida de Jesús, en el que se revela de forma poderosa como el Hijo de Dios.
La vida, una y otra vez, es buscar la dirección por la que seguir. Pero las señales que recibimos no siempre estamos dispuestos a seguirlas, como ocurrió con quienes rechazaron a Jesús.
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