El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El sicómoro tiene una antigüedad de dos milenios y se le relaciona con el árbol al que se subió Zaqueo para observar mejor a Jesús.
Los seguidores de Jesús, y que ya han sido acogidos por Él, también deberían ser acogedores de los desvalidos.
Zaqueo entiende que Cristo es un modelo digno de ser imitado. Sabe que después de ese encuentro con el Maestro no puede seguir viviendo de la misma forma.
Nos hemos refugiado en nuestro cómodo árbol. Allí nos sentimos seguros, contemplativos y bien.
¿Te imaginas a una de las personas más importantes de tu ciudad subiéndose a un árbol para ver a Jesús?
El capellán exclamó para sí: Hoy ha venido la salvación a esta prisión. Un cuento de Antonio Cárdenas.
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