El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Respetemos pues la voluntad y la libertad del prójimo, amémosles con toda el alma, prestémosles ayuda sin condiciones.
A pesar del sacrificio de Cristo, nos hacemos unos a otros la cruz definitiva del repudio.
Eres una mujer especial, llena de valores, repleta de buena voluntad. Una mujer dispuesta a construir el bien contra viento y marea.
Su Graciosa Majestad Venganza arrima el ascua a nuestra sardina y descaradamente nos da la razón poniendo a Dios de nuestra parte, que es lo que queremos.
Dios no es un juguete en manos de nadie.
La unión hace la fuerza: del refrán saqué una gran enseñanza que vuelvo a poner hoy en práctica.
Me pregunto sin con este método pretendemos encajonar a Dios en nuestro ambiente mundano, o chantajearle.
Nos conmovemos al ver tu fuerza de voluntad, al comprobar tu fe y tu testimonio.
En la mayoría de las ocasiones se ha convertido en una frase hecha, o sea, que la pronunciamos sin pararnos a pensar en su significado.
Felices los que predican sobre Jesús porque han tenido tal encuentro vivo y personal con él que no pueden esconder este hecho.
Hay posturas eclesiásticas que nos obligan a permanecer minusválidas de por vida.
Leer en Lucas estos versículos de la pasión de Cristo me lleva a pensar hasta qué punto podemos ser ángeles enviados en circunstancias de infortunio.
Bien dice el salmo: "La gloria, Señor, no es para nosotros; no es para nosotros, sino para tu nombre..." (Sal 115, 1).
Reflexión basada en “3 días”, película triunfadora del 11º festival de cine español de Málaga.
Abramos puertas y ventanas a la rebosante llenura de su gracia.
Tan poquita cosa como parecen, van contagiando su enfermedad de boca en boca y por lo bajini.
Una vez fue la flor y ya no es más que rastrojo acumulado sobre la tierra que el frío pudre.
Entendemos la vida llena de complicidad y entrega, guiño tras guiño, suspiro tras suspiro que, como pasos ardientes, nos caminan y nos marcan.
En la vida, cuando hay que llorar se llora, y cuando el ánimo conduce a la risa, al canto y la diversión, se disfruta.
Pensar que en los conflictos, en este caso eclesiales, Dios va a estar a mi favor, es un error fatal. Ni siquiera conocemos nuestras egoístas miserias a la hora de pedir.
Una crítica al libro 'Edificando iglesias sanas', de Jonathan Leeman (IX Marks).
En ocasiones los que dan se niegan a obtener y esta falta de humildad crea distorsión en el mensaje del evangelio.
No hay amor en este concepto y consentir es menospreciar la obra del Señor.
Juzgamos a los demás respecto de nosotros mismos como si poseyésemos galones de poder.
En la oración somos nosotros los que recibimos, los que salimos más beneficiados, no Dios.
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