El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El escritor llegó al ateísmo por el camino del anticlericalismo y a éste por la decepción religiosa, por el desencantamiento de los principios religiosos que desde niño le habían enseñado.
En la cruz, Jesús nos enseña que el perdón puede ser unilateral, no requiere dos partes a diferencia de la reconciliación.
Los personajes de su teatro son seres en permanente conflicto, que no saben qué hacer con la vida.
Los tres poemas de este libro demuestran la fuerza sugestiva de la belleza y el itinerario del hombre moderno hacia Dios.
¡El alma del protestantismo español tampoco ha sido vencida, a pesar de contrarreformas, inquisiciones, persecuciones, intolerancias y desprecios!
La razón es incapaz de concebir a Dios en toda su plenitud. Una fe sencilla, llena de sorpresas, como la del Principito, es la que nos introduce al reino invisible.
El empleo de términos casi neutros en lo que concierne al orden moral, solo puede acabar en dos alternativas, que son la parcialidad o el falseamiento.
Yo no creo que Mark Twain fuese ateo. Sus malos recuerdos de la iglesia calvinista a la que iba de pequeño le hacen decir: "Si Jesucristo estuviera aquí ahora, hay una cosa que no sería; cristiano".
En las novelas de Kundera el rostro del amor aparece en todas partes, no hay libro en el que no se descubra su retrato.
Me preocupa que en algunos sectores evangélicos hagan uso de dagas verbales para denostar a quienes han adoptado otras perspectivas valorativas y de vida
En algunas de sus obras más destacadas abundan sus creencias, en las que se confunden el ser y la apariencia, la mentira y la verdad, el bien y el mal.
Fue un gran escritor. Un narrador excepcional. Culto en muchas materias. Conocía la Biblia tan bien como los clásicos rusos, a los que leía continuamente. Pero esa chispa o llama de la fe que transforma al ser humano nunca prendió en su corazón.
Esta novela constituye una sátira demoledora contra las utopías del hombre.
Las frases exclamadas desde el corazón llegan al corazón. Sabias son las palabras cuando se han vertido desde el conocimiento y el cariño.
“La estrategia que diseñó Noemí para plantear el matrimonio a Booz propicia uno de los momentos de mayor tensión espiritual de toda la Escritura”.
“La Reforma y el cristianismo en el siglo XXI”, por Máximo García Ruiz, Editorial Clie, 95 páginas. “Entre la luz y las tinieblas”, mismo autor, Hebel Ediciones, 57 páginas.
Racionalistas franceses y alemanes de los siglos XVII y XVIII atribuían a María Magdalena lo que ellos llamaban el mito de la resurrección. El amor de Magdalena, decían, inventó la leyenda de la resurrección.
Estamos ante una novela, al igual que “El Código Da Vinci”, de ridículas teorías esotéricas.
No fueron amantes. No contrajeron matrimonio. Ella no escapó a Francia. La única historia de María Magdalena se encuentra en los breves textos que citan los Evangelios.
El lector conocedor de la Biblia advertirá de inmediato que se trata de un ejercicio de imaginación. Las palabras suenan bien, pero están lejos de la verdad. Muy lejos. La imaginación se embriaga de sueños, se aproxima al delirio. Presenta como auténticas situaciones que nunca han sucedido.
A partir del siglo XI, el culto a María Magdalena en Oriente apenas conoce elementos nuevos. Pero en Occidente, tras la larga gestación de siglos anteriores, las iglesias maduran y crece la adoración a la primera persona que vio al Cristo resucitado.
El apóstol San Juan era muy meticuloso en la designación de personas. Menciona a cuatro mujeres llamadas María. Pero en ningún lugar del Evangelio que escribió dice: “María, hermana de Marta y Lázaro, llamada Magdalena….”.
La de Karen King es una obra seria que tiene como objetivo dar a conocer la importancia y significado de la mujer en la Iglesia primitiva y el extraordinario papel representado por María Magdalena.
“Este evangelio está hablando del alma, por boca del alma. Aquí el cristianismo es una vía de conocimiento, un camino iniciático, un camino de regreso a nuestros verdaderos orígenes”.
Se trata de una obra eminentemente feminista, seria, muy documentada, escrita en su mayor parte con objetividad y cuyo contenido no se corresponde con el alarmante título.
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