El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Llama mucho la atención la labor poética de Aguilar Mora, intercalada como está en el resto de su obra y poco mencionada en los círculos de lectura.
Se pueden decir de él muchas cosas, pero si hay algo que caracteriza su trayectoria, es su preocupación espiritual, algo tristemente ausente en la mayor parte de la literatura española actual.
El impacto de la vía mística en Lutero y la Reforma es innegable; muchas de las afirmaciones típicamente protestantes fueron influenciadas por esta escuela.
Su principal problema con la iglesia donde había sido bautizado es que no era suficientemente espiritual. Una vez tomado el sacramento, vivían como si aquello no fuera verdad.
La ahora también fallecida Paloma Chamorro le definió una vez como “un artista del sur dado al orientalismo, inmerso en una especie de sincretismo religioso, al que le gusta proceder por símbolos y alegorías”.
Quisiera tener alguna reflexión sobre dos de los intérpretes más ilustres de este tesoro de la literatura universal.
Cuando se dice “no os embriaguéis con vino en lo cual hay disolución, antes bien sed llenos del Espíritu”, se hace una invitación a la elaboración onírica inconsciente guiada por el Espíritu de Dios.
Poema de Leopoldo Cervantes-Ortiz, de la obra Ixtus, y tomado de la Red de Liturgia Clai. (Selecciona Isabel Pavón)
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.