El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Vehículos y marquesinas lucen carteles con el lema “verdaderamente libres”. Se trata de una medida fruto del convenio entre Ferede y el gobierno vasco.
Por otro lado, desde la entidad lamentan que los medios generalistas hayan informado de lo ocurrido de forma ambigua e imprecisa, y reivindican el trabajo que realizan en los centros desde hace 30 años.
Que el Señor nos ayude a ver en los pobres de la tierra, afectados por la injusticia y la opresión, a aquellos a los que Jesús amó.
“Podemos llegar a tal cantidad de personas que necesitan escuchar el evangelio. Es muy gratificante poder venir a este lugar”, dice uno de los voluntarios.
En los últimos 20 años las autoridades penitenciarias han alentado la creación de unidades dirigidas por reclusos evangélicos.
Lamentablemente el tema de los presos no está brillando en la agenda de los esfuerzos evangelísticos y de la misión de la iglesia.
Hablamos con Samuel López, el coordinador de ministros evangélicos del centro penitenciario de Estremera, donde se encuentra preso el ex–vicepresidente de la Generalitat.
Un grupo de jóvenes voluntarios organiza partidos de baloncesto en el centro penitenciario de Quatre Camins, compartiendo pista y balón con los reclusos y transmitiéndoles valores cristianos.
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