El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El Señor de la iglesia está presentándose ante los laodicenses afirmando que Él es digno de crédito, que su palabra es verdad, que ninguno de sus dichos puede ponerse en duda.
Los laodicenses, por su acomodo tranquilo a la sociedad podían prosperar y vivir cómodos. Esa actitud indefinida Cristo la encontraba repugnante.
Podríamos pensar que tibio sería mejor que frío, pero, al contrario, para Cristo la tibieza es lo peor y le da asco.
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