El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Somos sal y luz: ambas se dan, pero también se gastan; ambas potencian la belleza de Jesús.
Jesús enseña varias lecciones fundamentales para nuestra vida en la parábola del sembrador.
Si solamente tratamos de imitarle, quizás el mundo nos alabe, pero si en verdad llegamos a ser semejantes al Señor, el odio lo tenemos asegurado.
Aunque a su alrededor las personas le mandaban callarse, Jesús escuchó el clamor de un ciego.
La gracia común proporciona una base estable para la cobeligerancia, aunque esta actividad no es sencilla y requiere de reflexión, discernimiento y sabiduría.
Una culpa que nos acerque a la gracia, una que nos haga vernos como somos en verdad, esa, no debe ser mala.
He aquí un poema escrito allá por 1966, cuando asistió a la ciudad suiza de Ascona para participar en un encuentro internacional con GBU. Dice: “…Y en medio el Nazareno,/ La sombra de una cruz,/ El himno vigoroso de una tumba vacía”.
Jesús no sólo enseñaba para convencer, sino para dar vida. Mostró que se preocupaba por cada persona en particular.
Un análisis de lo que creen las denominaciones evangélicas españolas sobre Dios.
Nuestra existencia – nos demos o no cuenta de ello – es un terreno seco y árido que necesita del agua de vida que sólo puede dar Dios para sobrevivir.
Jesús restauró la salud y la imagen social de una mujer enferma y despreciada.
El encuentro de Jesús y la mujer de Samaria nos muestra su corazón, cerca de los que sufren.
Las crisis que el mundo padece sume millones de personas en depresión. Superar cualquier crisis se halla en poner toda nuestra confianza en el Cristo vivo que las padeció por nosotros.
Es necesario salir a los cruces de los caminos, allí donde se mueven los proscritos de nuestra historia. Dios invita.
¿Te imaginas a una de las personas más importantes de tu ciudad subiéndose a un árbol para ver a Jesús?
Me pregunto qué quedará en las mentes de aquellos que se han confesado creyentes durante estos días, cuando estos días pasen.
“La liturgia frena, le relación intensifica”, dice Toni Bodego, que plantea pasar tiempo de calidad con Jesús.
¿En quién vas a confiar? ¿En ti mismo, en otras personas, o en Jesús?
Una original campaña en Suiza anima a los transeúntes a escribir en más de 1.500 vallas su opinión sobre quién es Jesús.
El Norte de Castilla solicitó a A. P. Alencart, colaborador de Protestante Digital, un artículo que apareció entre muchas páginas dedicadas a las procesiones del Jueves Santo. Aquí lo reproducimos.
¿Quién fue el primer testigo de la Resurrección?...María Magdalena, una mujer que amaba por encima de todo a Aquel que le había sacado de un pozo profundo.
La pasión de Jesús por demostrar el tipo de amor que el mundo necesita, impregna cada suspiro de su alma.
Sin la resurrección de Cristo, se desintegraría el conjunto cristológico.
Un poema de I. Uría Arribe, extraído de la obra 'En la calle recta'. (selecciona Isabel Pavón)
¿Qué pensaría Simón de Cirene al llevar la cruz de Jesús? Fue obligado a hacerlo, pero lo más importante es que cambió su vida.
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