El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
A veces, cuando pensamos en nuestra relación con Dios, llegamos a creer que Él se mueve bajo los mismos principios que rigen en nuestra sociedad, y no es así.
Las decisiones que tomemos son las que configurarán nuestro camino.
No estamos permanentemente soñando con una vida futura, sino que vivimos luchando y trabajando en el nombre de Dios para que este mundo sea mucho mejor.
Nosotros decidimos si vamos a estar toda la vida atrapados en el fango o si aprendemos a volar por encima de las circunstancias.
No pueden quitarnos nuestra relación con el Señor, ni nuestra salvación, pero sí amargarnos el ánimo e impedirnos disfrutar con él.
Todos tenemos la posibilidad de escoger como reaccionamos en cualquier situación: podemos permitir que el mal nos desborde y seguir viviendo en la amargura de no perdonar, o podemos liberar nuestra alma dominando el deseo de venganza.
Dios promete ser nuestro escudo cuando obramos con honestidad.
Nuestro Padre celestial nos ayuda a vivir de una manera completamente diferente, porque nos asegura su presencia y su cariño en todo momento.
Hablar con Dios lo es todo, porque Él nos regala todas sus riquezas y bendiciones espirituales.
La Palabra de Dios solo puede ser usada por medio de su Espíritu para glorificarle a Él y no para nuestro provecho.
La fidelidad, la lealtad, la comprensión, la ayuda, la compañía, el cariño, la sinceridad, la ilusión, el buen humor, y muchas otras actitudes parecidas, son las que hacen la diferencia en nuestra vida.
Una reflexión sobre nuestra contribución al bienestar o malestar de aquellos que nos rodean.
Jesús entregó su vida en una cruz y resucitó para expresar la justicia y el amor de Dios por cada uno de nosotros.
El estado natural de un hijo de Dios es la despreocupación y la confianza en su Padre Celestial.
Sea cual sea la situación, Dios sabe qué hacer con ella y cómo cuidarnos.
Eso es lo que hace la religiosidad en nuestra vida: matar la relación con el Señor.
Demasiadas veces, incluso en nuestra vida cristiana, queremos hacer muchas cosas sin darnos cuenta de que la clave de todo es Jesús.
A veces caemos en la trampa de pensar que nosotros somos los que decidimos todo.
Todo lo que Dios creó nos da placer y nos enseña a disfrutar. Cualquier situación, circunstancia, relación, etc., fue diseñada para nuestro bien.
A veces nos sentimos desesperados y solemos orar aguardando lo imposible, pero siempre deberíamos preguntarle: "¿Es tu voluntad hacerlo?"
A veces nos sentimos desesperados y solemos orar aguardando lo imposible, pero siempre deberíamos preguntarle a Dios "¿Es tu voluntad hacerlo?".
Ni siquiera la oscuridad más absoluta puede vencernos cuando estamos en las manos de Dios.
Cuando lo vemos, no podemos dejar de llorar y temblar, mientras él nos regala una gracia imposible de definir.
Una reflexión sobre el trabajo a la luz de los primeros capítulos de Génesis.
Alguien sabe exactamente qué notas tocar, qué silencios colocar y qué ritmo debe existir para que mi vida llegue a ser una de las más impresionantes melodías de la historia.
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