El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
En 1865, un pastor de Yorkshire decidió escribir una canción para los niños de su iglesia que pudieran ir cantando mientras recorrían los caminos comunicando el Evangelio.
De poco valen los esfuerzos por plasmar códigos éticos, legales o sociales, si no somos capaces de cambiar a la persona.
Se ha avanzado mucho pero los más sabios investigadores nos advierten que todavía estamos muy lejos de desentrañar tal misterio.
Cuando la viudez sobreviene a edad temprana surgen mezquinas especulaciones. Es en la ancianidad que se sufre tanto la ausencia de los que parten como la de otros que se quedan.
Jesús no pudo ser más claro. Apelando a la autoridad espiritual que sólo puede venir de la Biblia, señaló que la única piedra era el mesías y el que intentara sustituirla por otra no tendría lugar en el Reino de Dios.
La incredulidad en el verdadero Dios, que observamos en nuestro tiempo, tiene su génesis en la represión del deseo y búsqueda de la Deidad que todo ser lleva dentro de sí mismo.
Llegar a la ‘tercera edad’ –eufemismo por ‘ancianidad’– atemoriza a la mayoría de los abuelos y se convierte en un ‘problema’ para los más jóvenes. ¿Es así como debe ser?
En las Escrituras se insiste una y otra vez en que la cercanía con Dios es una experiencia alegre y gozosa. Lo muestra este himno de Charles Wesley.
El Eclesiastés es un profundo tratado de contenido existencialista, en el que se considera la brevedad de la vida y el hecho insoslayable de la muerte.
De niño escuché decir ‘el que no sirve no sirve’. Una palabra con dos significados. Para el Rey de reyes, el Reino que ya ha venido y habrá de consumarse es un reino de servidores.
Aquellos que disfrutamos de una relación personal con Dios no por nuestros méritos sabemos hasta qué punto faltan palabras para poder exaltar adecuadamente la alegría inefable de percibir en nuestras existencia el amor de Dios.
Miguel Wickham, autor de “Ecología y cambio climático, una reflexión cristiana”, comparte su opinión sobre la encíclica del papa Francisco.
Si no es democrático ni dictatorial: ¿Es Dios un monarca dinástico como otros? ¿Cuál es su territorio? ¿Quiénes son sus súbditos, y quiénes sus herederos?
La traducción literal de su idea central dice: todo es variedad y correr tras el viento. Esta conclusión aboca al ser humano a una crisis de vacío profundo.
Cuando se atraviesa por situaciones como las señaladas lo mejor que se puede hacer es dirigir la mirada hacia Jesús el mesías-siervo.
‘Dios no obliga a nadie’ –afirman por aquí. ‘¿Por qué permite tantas injusticias?’ - se indignan por allá. ‘Dios es un perfecto caballero’ – comparan otros Estas son solo algunas de las repetidas expresiones que escuchamos y leemos acerca de Dios.
En 1876, un hombre llamado William O. Cushing pasaba por un período especialmente duro de su vida. Su esposa había fallecido poco antes a mediana edad y, por añadidura, su carrera pastoral se había visto truncada.
La palabra ‘democracia’ y sus derivadas definen a la gestión de un gobierno: si no es democrática, una gestión es anti-democrática. ¿Qué dice la Biblia respecto de Israel?
Si Amazing Grace es mi himno preferido es por la sencilla razón de que me identifico totalmente con la letra.
Voluntarios de A21 ofrecen visitar los campamentos para informar sobre trata y esclavitud sexual, y lo que la iglesia puede hacer.
El equipo de voluntarios de A21 en España ofrece visitar los campamentos de verano, presentando “el problema de la trata, la esclavitud, y lo que la iglesia puede hacer”, nos cuenta Loida Muñoz.
En tiempos electorales el tema de conversación gira alrededor del acto de votar y sus consecuencias. Entonces: ¿Por qué no basta con votar? ¿Lo conversamos?
Lo importante realmente es que recuerden ustedes que la única esperanza definitiva del género humano está en Jesús el mesías y que él regresará.
Koeun Path tiene ahora 68 años. En un libro, cuenta como Dios le salvó del genocidio camboyano de los Jemeres Rojos.
Dos mandamientos de Dios resumen toda la ley: amarás al Señor tu Dios, y amarás a tu prójimo. Ama quien obedece. Desobedecer a Dios es transformar sus mandamientos en prohibiciones sin amor.
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