El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Un tribunal de Malasia sienta precedente al confirmar el derecho de todos los ciudadanos a la libertad de religión.
“A ti, mi Dios deseado y deseante, sólo puedo llegar por la fe, fe de niño o fe de viejo… En Jesús, que iba creciendo conmigo, yo fui viendo a mi Dios de entonces, su Padre, el Padre Dios, el Padre eterno”.
"Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma".
“Las pasiones religiosas, exaltadas hasta el frenesí, dieron lugar a una especie de guerras civiles, llamadas de religión, parciales e intermitentes que duraron unos 36 años, desde 1562 a 1598”.
Algunos días más tarde, estoy preguntándome como arreglármelas con esas cosechas múltiples e inminentes, cuando uno de mis amigos y consejeros se planta en el taller.
Para el cristiano, el calvario no es un lugar de derrota, sino de victoria sobre el pecado.
Un grito que debió impactar y con el que se deben identificar todos los abandonados del mundo hoy.
El camino está tan limpio que se diría que acaba de ser dibujado para un libro de cuentos y leyendas de niños. Una delegación encorbatada me espera a la entrada y me acoge cual equipo técnico de un piloto de fórmula uno.
He aquí un breve comentario de dos libros publicados por Alfredo Pérez Alencart ('Hasta que él vuelva') y el mismo junto con Luis Cruz-Villalobos ('Carne del Cielo').
‘El buen cristiano’ cuenta el juicio del expresidente guatemalteco Efraín Ríos Montt, acusado de crímenes de lesa humanidad.
Porque si yo tampoco entiendo nada de lo que me sucede, al menos sé que Dios seguramente no está lejos.
En 'Cien años de soledad' abundan las reflexiones sobre Dios, la presencia de la Biblia, referencias a la creación tal como se cuenta en el Génesis, las plagas de Egipto, el éxodo del pueblo judío, la historia del diluvio, el apocalipsis de los últimos tiempos.
Ahora, en competencia con los audiovisuales y la electrónica, el libro tiene una importante labor que cumplir en la propagación de la fe cristiana.
La Alianza Evangélica calcula más de 40 mil templos evangélicos en Guatemala, 96 iglesias evangélicas por cada parroquia católica del país.
Podemos y PSOE consideran que actualmente se “discrimina a las otras confesiones y a los ciudadanos” que no profesan la fe católica.
Paul Syndor (IAFR) considera que las iglesias deberían entender la necesidad de “ofrecer una plataforma” para la reconciliación entre refugiados cristianos y musulmanes.
Se desvelan “pinceladas sobre vida y pensamiento” del teólogo mártir, que “mucho tienen para aportarnos en la actualidad”, comenta Jacqueline Alencar, directora de la revista.
Suburbios nos invita a olvidarnos de ese concepto de mundo como algo externo y ajeno a los cristianos; al contrario, ese mundo es nuestra cultura, nuestro campo de juego.
Casi me olvido de las realidades que me rodean durante las semanas que dura esta etapa de la creación, mi corazón no late más que para esta tarea.
El poeta sevillano Vicente Aleixandre, Premio Nobel de Literatura 1977, llamó los sonetos de Lorca “Sonetos del amor oscuro”.
¿Damos demasiada importancia a las emociones en el púlpito y en la alabanza evangélica?
La palabra dicha sigue siendo nuestro gran veneno: a nivel personal, interpersonal, familiar, social… también en la iglesia.
Releer las historias del evangelio de Juan tal como las cuenta Park no cansan, al contrario, regocijan, avivan la fe, revitalizan la vida espiritual, nos proporcionan una visión nueva de los milagros que Jesús llevó a cabo.
Un simple CD con el testimonio de un simple tipo se ha convertido en una semilla de vida.
En vez de dejar que sea el Evangelio el que nos cambie, nosotros amoldamos ese mensaje a nuestra conveniencia.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.