El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Se atribuye a Teresa de Jesús la frase “Vivir se debe la vida de tal suerte que viva quede en la muerte”. ¿Viviríamos como lo hacemos cada día si supiésemos la fecha de nuestra muerte?
En 1871, tras tres años estudiando la Biblia y libros de autores protestantes, el sacerdote Manuel Aguas decide escribir una carta al superior de su orden de los dominicos. Expone su abandono del romanismo para ir como pastor a una congregación evangélica de México
Estoy firmemente convencido de que en la novela de Ki Longfellow se está cumpliendo la profecía del apóstol Pablo: “vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2ª Timoteo 4:3-4).
No hace falta saber mucho de la Reforma para al menos sospechar lo que significó para el orden político europeo.Un fragmento de “Reforma protestante y tradición intelectual cristiana”, de Manfred Svensson (2016, Clie).
Hay iglesias que sufren por causa de la inestabilidad espiritual, emocional o social, tanto de miembros como de líderes. Los que nunca se van ¿son los únicos que se salvan?
Algunos opinan que Phos hilaron era una adaptación cristiana en la cual los cristianos daban gracias a Cristo por ser la verdadera luz que penetra las tinieblas.
El libro es un canto a la vida, a la alegría de atravesarla desde la convicción de que hay una esperanza mayor que simplemente prolongar nuestros días aquí. Un fragmento de “Cicatrices en nuestras familias”, de Lidia Martín (2017, Andamio).
“Desterremos de nosotros toda sospecha”, gritaba Séneca. La sospecha envanece, escribía años después el apóstol Pablo. ¿Se puede atribuir a la sospecha naturaleza de verdad? La autora del libro admite que su hipótesis es pura sospecha, pero lectores ávidos de sensaciones nuevas digieren estos cuentos sin más.
No hay respaldo bíblico para que los cristianos nos escondamos y no demos testimonio de nuestra fe en Jesucristo en la sociedad imperfecta en la que vivimos.
Entre Dan Brown con su “Código Da Vinci” y Juan Arias con su “María Magdalena” transcurren dos años, pero el cura apóstata da la razón al novelista inventor de fábulas.
Un fragmento de “Todo gira en torno a él. La centralidad de Jesús en toda la Escritura”, de Stephen Phillips (2017, Peregrino).
“Haz pues, mi querido Lucilio, lo que dices que tú mismo me dices que haces.” Séneca. “Consejos vendo y para mí no tengo.” Refrán popular
"Acercaos, pecadores, Cristo os puede perdonar; aquejados de dolores, él os puede restaurar".
Así es la novela. Todo lo aguanta. Con todo carga, por muy disparatado que sea. Ninguna pretensión de originalidad. La suma de artificio vano, falso, inconsistente.
Cuando termina el período de muda del águila real, se rejuvenece y parece un ave diferente.
Aguirre abandona su cargo político tras la detención de Ignacio González, hombre de su máxima confianza, investigado por un presunto caso de corrupción en la gestión del Canal de Isabel II.
Se escribe por amor a los lectores o por otros intereses. Amamos a Dios o al dinero; amamos a la Palabra de Dios o a la nuestra. Nos guste o no reconocerlo, somos lo que escribimos.
El tener que ganarse la vida con la literatura perturba la serenidad y a la mentira no se le da importancia. Se la considera parte del oficio. La pluma –decía Byron- ese poderoso instrumento de los hombres insignificantes.
Quienes van por la vida sin hacerse preguntas difíciles sobre el por qué de lo que creen, se verán indefensos ante experiencias traumáticas o al enfrentarse al reto de los difíciles interrogantes de los escépticos.
Así como una letra cambia el significado de una palabra, las elucubraciones antropocéntricas de los que se creen sabios tuercen el Libro de Dios. Pero no pueden cambiar la revelación de Dios.
Seremos fuertes para nuestra lucha y trabajo espirituales: Jehová el Señor es mi fortaleza (v. 19), la fortaleza de mi corazón.
A un investigador como lo presenta el libro se le exige rigurosidad, documentación, como menos. Nada de esto aporta el autor. Y el lector, por lo general, no está en disposición de averiguar sus insinuaciones.
Debemos cantar sobre los beneficios de la oración.
La verdad bíblica llama a analizar lo que escuchamos y leemos de los que hablan y escriben. Y también a pensar antes de hablar y escribir, pues seremos juzgados por nuestras palabras.
Cuando surge un tema que capta al público, los editores se vuelcan en la producción de obras que especulen sobre el mismo entramado. Es su negocio. Y hay un empecinamiento literario en casar a Jesús con María Magdalena.
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