El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Me gustaría resaltar algunos ejemplos que aún pueden servirnos de inspiración para seguir impactando nuestra sociedad.
Martín Lutero no deseaba crear una nueva iglesia, sino reformar la iglesia de la época, eliminando toda la corrupción que durante siglos fue acumulando.
Las exigencias del Concilio de Vaticano II (1962-1965) y la presión internacional obligaron al régimen franquista a modificar el Fuero de los Españoles de 1945. Franco tuvo que promulgar una nueva ley que posibilitará la libertad religiosa y de conciencia que estaban luchando y esperando el pueblo evangélico durante décadas.
El segundo franquismo se caracteriza por cambios políticos, económicos y sociales importantes. En el protestantismo se produce un despertar al pasar de una cierta tolerancia a una libertad religiosa pautada.
En la década de los años 50 se produce un acontecimiento muy importante para el pueblo evangélico, y es la creación de la Comisión de Defensa Evangélica.
Se llevan a cabo el Concordato de la Santa Sede y los Pactos con Estados Unidos de América.
En 1945 el Régimen de Franco Promulga una nueva Ley fundamental del Reino, el Fuero de los Españoles. ¿Será el inicio de una cierta tolerancia religiosa?
Tras tres duros años de guerra, el país estaba destrozado: el hambre, la escasez y el miedo caracterizaban España a partir de 1939. “Mucho miedo y poco pan”.
El régimen de Franco marca un nuevo retroceso para el protestantismo contemporáneo.
Muchos misioneros que abrieron obra pionera en España se vieron obligados a regresar a sus países de origen permaneciendo muy pocos en suelo español.
Fue un acontecimiento histórico trágico para la sociedad de los años treinta que ocasionó terribles consecuencias.
Varias medidas procuraron poner fin a las injusticias y atropellos cometidos contra la minoría religiosa protestante.
La Segunda República Española (1931) otorgó a las minorías religiosas la libertad religiosa por la que estuvieron luchando durante todo el siglo XIX.
La Dictadura de Primo de Rivera dejó a las minorías religiosas no católicas en un plano de inferioridad legal provocando un retroceso en el protestantismo español.
El Decreto “de los letreros” y la celebración de los primeros congresos evangélicos fueron un paso muy lento hacia la libertad religiosa.
La Restauración borbónica fue un retroceso del protestantismo español. Los protestantes pasaron de la Libertad Religiosa a la simple tolerancia.
La Revolución Gloriosa de 1868 enciende el primer fuego propagandístico del evangelio en la España contemporánea.
Marcado por la intolerancia religiosa, gran parte del siglo XIX los protestantes siguen viviendo sin ninguna ley que los proteja.
Una constitución supuestamente liberal impedía el desarrollo de cualquier religión que no fuese la católica.
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