El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La historia no la escriben los grandes ejércitos sino las personas dispuestas a honrar a Dios en los momentos difíciles.
Merece más la pena construir que destruir: ora, pide sabiduría, busca a gente dispuesta, y trabaja en equipo.
El pueblo que regresó del cautiverio se dedicaba a estudiar, practicar y enseñar la Palabra, en ese orden.
Cuando solo seguimos a personas, corremos el riesgo de caer en mecanismos sectarios e idolatría. Este libro nos enseña a buscar a Dios.
¿Qué aprendemos de las genealogías de la Biblia? Entre otras cosas, que Dios cuida los detalles.
Muchos líderes tomaron malas decisiones por dar la espalda a Dios. Él envió a profetas para que abriesen los ojos.
A veces la sabiduría puede ser usada para cosas que no son buenas.
La historia de David nos recuerda la importancia de vivir en la presencia del Señor y compartir esa vivencia con los que nos rodean.
Este libro nos enseña a pensar más en los demás y no tanto en nuestro provecho personal.
Esta es una historia de fidelidad, ayuda mutua y decisiones correctas.
En este libro vemos a personas que solo acuden a Dios cuando las cosas van mal, algo que sigue sucediendo hoy.
Este es un libro de conquista en el que aprendemos los resultados de confiar en la Palabra de Dios.
A veces creemos que conocer lo que Dios dice es suficiente, pero lo trascendental es aplicarlo.
El cuarto libro nos muestra a un Dios activo y presente, pero a un pueblo de Israel que no confiaba en Él.
Las normas de Dios no son para limitarnos, sino para ayudarnos a disfrutar más de la vida que él ha creado.
El segundo libro nos narra una salida, un triunfo, que se cumple en base al propio nombre y carácter de Dios.
“Sin darnos cuenta -advierte el comunicador Jaime Fernández- podemos caer en creer en un Dios que se adecúa a nuestras ideas teológicas” y no a lo que la Biblia enseña en su totalidad.
En el primer libro de la Biblia encontramos a un Dios que, desde el principio, está buscando restablecer la relación rota con las personas.
La teología progresista a veces, ignorando el "todavía no" del reino, está en peligro de reducir el mensaje del reino a un simple programa de acción social.
Los predicadores que en su predicación ignoran la historia de la redención, lo que están haciendo es ignorar el testimonio que el Espíritu Santo da de Jesús en todas las Escrituras.
Separada y embarzada de un hijo que nace discapacitado, sale adelante contra corriente apoyándose en su fe en Jesús.Una entrevista de Bea Garrido.
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