‘Toda la Biblia’, nueva serie de vídeos en Protestante Digital

¿Quién fue Abdías? ¿Cuál es el mensaje de un libro como Levítico? ¿Quién sería ese tal Filemón al que todo un apóstol Pablo le dedica una carta? Las respuestas están en la Biblia, aunque son cosas que muchos, incluso cristianos, tal vez desconozcan, ya sea porque en sus iglesias no se haya predicado sobre estos textos, o porque rara vez aparecen en las lecturas devocionales.

Sin embargo, cada libro de la Biblia guarda un tesoro y nos ayuda a conocer algo del carácter de Dios. Es por ello que el comunicador evangélico Jaime Fernández ha lanzado una serie de vídeos cortos en su canal de Youtube para motivar a la lectura de toda la Biblia, que serán presentados en Protestante Digital a partir de esta semana, cada viernes.

Cada uno de estos vídeos habla sobre un libro de la Biblia, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. La idea, explica Jaime Fernández a Protestante Digital, es “en un par de minutos intentar despertar el interés para que las personas lean cada uno de los 66 libros”.

El primer vídeo que se publica hoy en Protestante Digital habla sobre el Génesis:

Le preguntamos a Jaime Fernández sobre esta serie de vídeos:

Pregunta. ¿Cómo surgió la idea de sacar esta serie sobre los libros de la Biblia?

Respuesta. ¡Es una buena pregunta, que tiene dos respuestas! En primer lugar, lo más importante: Dios nos ha dado el privilegio de viajar a muchos lugares diferentes, y algo que hemos visto en los últimos años es que gran parte de los problemas que tenemos en el cristianismo en general es por desconocer a Dios, y su Palabra. En la gran mayoría de las iglesias se predica casi siempre de los mismos temas, y nos encontramos cada vez más personas (¡incluso dirigentes!) que desconocen los temas de la mitad de los libros de la Biblia, o que ni siquiera los han leído alguna vez, con lo que gran parte del carácter de Dios está “escondido” para muchos creyentes que no saben (¡y a veces no pueden!) disfrutar con Él y con todo lo que Él hace.

El desafío para todos es leer cada uno de los libros, incluso sacar tiempo para hacerlo de una vez, seguido, sin detenerse en los capítulos; orar y pedir ayuda al Espíritu de Dios para que nos hable a través de su Palabra y seguro que nuestra vida será transformada. Ese es un proceso continuo, que no debe detenerse nunca; cuando hemos leído la Biblia una vez, volver a comenzar, y así siempre ¡Cada vez que la leemos nos va a impresionar más!

La segunda respuesta a la pregunta es menos profunda, pero más “mediática”. Un día estaba hablando con mis hijas sobre una terminada película que ellas querían que yo viera, y lo que me hizo pensar es que cuando queremos contar algo a alguien todos hacemos lo mismo: en un par de minutos le resumimos lo que nos ha impactado para que la otra persona tenga deseos de ver lo que hemos visto. Pensé: “Esto tenemos que hacerlo con los libros de la Biblia, en un par de minutos intentar despertar el interés para que las personas lean cada uno de los 66 libros”. ¡Espero que lo consigamos!

P. Habitualmente usas el deporte para hablar sobre Dios. ¿Crees que es una forma de acercar a Dios a una generación que, tal vez, le ha querido “encerrar” en la religión?

R. El mejor maestro que ha existido en la historia de la humanidad, el Señor Jesús, usó siempre las historias del día a día para proclamar el mensaje del reino. Por si fuera poco, en la Biblia encontramos un centenar de referencias directas al mundo del deporte, incluso en el Antiguo Testamento, así que no sólo podemos usar historias deportivas, sino que deberíamos hacerlo. Al mundo posmoderno le encantan las historias, y nosotros, a veces, seguimos proclamando el evangelio y hablando de Dios de una manera aburrida, monótona y poco creativa. Creo que es hora de parecernos más al Señor y aprender a contar historias. El evangelio no sólo tiene que ser proclamado, sino que también tiene que ser entendido por el que lo escucha, y si es posible, de una manera imaginativa.

P. Estamos en plenas celebraciones de los 500 años de la reforma protestante. Aquella época se caracterizó por una pasión por la Biblia. ¿Te parece que tenemos que recuperar esta pasión?

R. ¡Sin ninguna duda! No voy a afirmar que estamos tan lejos de la Biblia como lo estaba la iglesia de Roma en aquel momento, pero tampoco creo que nos falte tanto para llegar a ese punto. En la época de la reforma, las personas no leían la Biblia porque no podían hacerlo: no la tenían en su lengua y muchos tampoco sabían leer. Hoy tenemos docenas de versiones diferentes, pero: ocupamos nuestro tiempo leyendo muchas otras cosas ¡Hay creyentes que no la han leído entera ni una sola vez! Eso sí, después todos opinamos y discutimos como si fuéramos verdaderos maestros.

Ese es otro de nuestros problemas. Sin darnos cuenta, estamos cayendo en creer en el “Dios” que tenemos subrayado en nuestra Biblia, o el que se adecua a nuestras ideas teológicas. Incluso muchos leen la Biblia con los ojos de sus líderes, como ocurrió siempre en el mundo de las sectas. No sé si es sólo una sensación mía, pero a veces me hace temblar que algunas iglesias tengan tres de las características sectarias más importantes: el control de sus miembros, la obediencia casi ciega a la autoridad y el adoctrinamiento.  Seguimos a maestros, pastores, escritores, etc. a los que terminamos convirtiendo en nuestros ídolos, porque conocemos más su rostro que el rostro de nuestro Dios. Leemos y escuchamos más sus libros y/o sus predicaciones, que la Palabra de Dios. El mayor peligro de esa actitud es que suele ocurrir sin que nos demos cuenta de que hemos entrado en ese proceso.

P. Vemos que hace poco has llegado a las 200.000 reproducciones de tus vídeos en YouTube. ¿Lo ves como un nuevo medio interesante para llegar a nuestra sociedad?

R. ¡Claro! Jesús nos pidió que fuéramos por todo el mundo proclamando el evangelio, y eso significa hacerlo por todos los medios, en todo tiempo, en todos los lugares y a todas las personas. Hoy los medios de comunicación están girando de una manera extraordinariamente rápida hacia las redes sociales y los canales de internet. No aprovechar esos medios significa quedarnos anclados en el siglo XX. Además, tenemos que hacerlo de una manera dinámica, la gran mayoría de los videos de nuestro canal duran entre dos y tres minutos, porque hoy muchas personas sólo ven algo que sea rápido, sencillo y directo. Si con eso conseguimos que lean la Biblia, oren, se acerquen al Señor,encuentren ayuda, o simplemente ¡piensen! Ya es genial.