El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Algunas de las últimas decisiones tomadas, como el cese de la prohibición para que su clero celebre matrimonios homosexuales, o la ordenación de personas LGTBIQ+, podrían aumentar las bajas que la denominación ha sufrido desde el cisma de 2019.
Tras una solicitud para cambiar las “reglas de reconocimiento ministerial”, la denominación abre un proceso de audiencia en todos los niveles. “Los sentimientos son profundos y cada uno de nosotros busca ser fiel a Cristo”, dicen.
Una mayoría de dos tercios ha votado a favor de la propuesta. Pronto se considerará “un cambio en la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio”.
“Esto tendrá profundas consecuencias para el futuro de la denominación”, aseguran quienes están en contra.
Se espera que la Iglesia Metodista Unida se divida en la Conferencia General de 2022 por el tema de la sexualidad y el matrimonio. Los conservadores están sentando las bases de la nueva Iglesia Metodista Global.
Los evangélicos condenan las prácticas forzadas pero señalan que se debe respetar la voluntad de las personas atraídas por otras del mismo sexo que buscan apoyo espiritual.
Los fariseos y saduceos están más vivos que nunca.
La obra gira en torno a la manera en que, durante los años que enuncia el subtítulo, se debatió la definición de una “cultura nacional”, ya sea estando a favor o en contra de las imágenes religiosas católicas.
¿En qué puntos doctrinales están los evangélicos totalmente unidos? ¿Dónde hay unanimidad? ¿Y dónde hay diversidad? ¿Hay tal cosa como una "verdad" evangélica?
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