El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Pastores, personas sencillas. Magos, personas de ciencia y estudios. Ellos fueron “invitados” para el nacimiento de Jesús y quedaron impactados al conocer al niño.
Lo que no tenía remedio humano, la muerte, lo tuvo divino, a través de un ser humano.
Nosotros solo fuimos parte de esa Historia tan maravillosa iniciada en la eternidad por amor. Testigos de cómo Dios hace las cosas.
Datos astronómicos encajan con el Evangelio de Mateo explicando cómo los magos pudieron ver la “estrella” y seguirla por meses hasta Belén.
Jesús nos enseñó que Dios ama y quiere restaurarnos. Así lo reflejó en su trato con los niños.
Hoy comenzamos un año lleno de interrogantes, pero para todo aquel que pone toda su vida en las manos de Dios, hay paz, calma, esperanza.
Un poema de Carlos Nejar (selecciona Isabel Pavón).
Un poema inédito de A. P. Alencart, escrito en diciembre de 2015 y dedicado al nacimiento de Jesús.
Haz una pausa en tu andadura, medita en aquella Navidad en Belén y llega hasta Jerusalén, del establo a la cruz.
Comparativamente con siglos pasados, podríamos decir que Jesús desaparece en gran parte de la literatura española a partir del siglo XX.
El circo romano estallaba de pasión con el sacrificio de los fieles a Jesucristo. Entre los mártires reformadores había mujeres que bendecían al Señor por partir a su encuentro de esta manera.
Aterra pensar en lo que la humanidad se ha convertido olvidando las directrices del Creador, y en lo injusto y atroz de sus repartos.
¿No merecía venir con todo esplendor? Podía; sin embargo, no lo hizo.
El himno fue escrito por Isaac Watts, el padre de la himnología inglesa, en 1719.
Hoy sólo aspiro a ser como un borrico de Jesús.
Es la idea más brillante y bonita de la historia: ese niño nació para todos, para transformarlo todo.
Una vez más me recreo al pasear por el Evangelio según Lucas y me detengo en el relato que nos habla del nacimiento de Jesús. Me acojo al zoom que me lleva a imaginar los detalles que pudieran completar los hechos.
Todas esas personas que se cruzan en nuestra vida, son el jardín de Jesús. Nosotros somos los jardineros: Uno siembra... Otro riega.
La relación personal con Dios a través de Jesús proporciona una paz, un gozo y un amor que se escapan a los que sólo conocen la religión.
Jesús es el Hijo de Dios. Nació de una familia judía, pero su ministerio redentor trasciende las fronteras, las naciones, las razas y, sobre todo, las ideologías.
Jesús siempre restaura por amor. Así fue como hizo con Pedro al lado del mar.
En Adviento, frente a la expectativa de celebrar al infinito que se hizo uno de nosotros, ofrezcamos el corazón fatigado y endurecido.
Al hacerse de carne y hueso como nosotros, Jesús reflejó el rostro y el corazón de Dios.
Para el buen cuidador, cuando una oveja desaparece, el motivo no importa.
Una de las cosas que más me ayudaron fue la luz que se arroja sobre los difíciles salmos imprecatorios. Reseña de Andrés Birch sobre el nuevo libro de Tim y Kathy Keller.
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