El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Además de la ayuda urgente, surgen otras iniciativas solidarias para asistir a las víctimas de las inundaciones en Valencia, como un proyecto que busca amueblar viviendas afectadas. “El evangelio nos brinda un refugio”, dice el coordinador de esta idea.
Muchos reflexionan y debaten ahora sobre el problema de la vivienda y se siguen sorprendiendo que haya quienes solo piensan en el beneficio ante cuestiones tan básicas. Pero esto refleja lo más esencial de nuestra naturaleza como humanos.
Las personas en situación de sin hogar “se encuentran mucho más desprovistas y vulnerables que antes” a causa de la epidemia, dice Lidia García, de Ágape+.
Un estudio demográfico recoge que mientras que la media de personas que residen en la casa de una familia musulmana supera los seis individuos, en el caso de los cristianos es de cuatro.
Si tuviéramos que definir la esencia de los grupos de hogar, en nuestra opinión, serían una extensión de la iglesia llevada a los hogares, de forma más compacta y directa.
En esta tarea de liderar, incluso que de forma indirecta y no oficial, hay algunas características esenciales para un buen liderazgo.
El líder es un siervo que, a semejanza del apóstol Pablo, sabe que todavía no ha conseguido su objetivo y tampoco ha alcanzado el fin definitivo de la vida cristiana.
Él levanta personas que son humanas, que pasan por dificultades y que no pueden ser los únicos al frente del rebaño.
Todos los cristianos ejercen algún tipo de liderazgo, sea en el trabajo, en la familia, en un grupo de estudio de la escuela, etc. Por eso, cada uno debe buscar una relación intensa con Dios para entender cuál es su voluntad.
Dios lidera a su pueblo no solo desde un alto y sublime trono, sino cerca, allí, ante ellos, caminando solo unos pasos por delante para mostrarles la senda a seguir.
Nuestro gran líder y la inspiración para nuestro liderazgo, Jesús, tira por tierra nuestro concepto humano sobre qué es ejercer el liderazgo.
Un líder hace lo que los otros necesitan, es decir, se preocupa por satisfacer necesidades.
La quinta y última etapa es la multiplicación, la cual supone el cumplimiento satisfactorio de todas las otras.
El Señor no llamó a todos para ser maestros o pastores, pero sí que la gran comisión es para cada creyente.
La comunión del grupo es un elemento fundamental para que las personas no creyentes se sientan a gusto y para que, entre todos, se fortalezcan los lazos de oración por ellas.
El plan de Dios para el creyente no es que viva aislado rehuyendo los conflictos, sino que trabaje su carácter con la ayuda del Espíritu Santo para ser una persona cada vez más sociable.
El objetivo de la etapa del ciclo de vida de los grupos es formar relaciones, o sea, proporcionar una mayor proximidad entre los miembros del grupo.
El líder debe pensar que es necesario tener un tema central que impregne cada momento de la reunión.
Vamos a aprender un poco más sobre los diferentes tipos de suelo que el Señor Jesús nos muestra en la parábola del sembrador.
La vida espiritual del líder es fundamental, así como un liderazgo activo, y no meramente administrativo.
Practicar el evangelismo como un estilo de vida es estar preparado siempre para abrir la boca y proclamar a Cristo.
Las preguntas ayudarán a la participación, dejando que las personas puedan expresarse.
Solo Jesús es capaz de tomar nuestra carga pesada y cambiarla por la leve dulzura de su perdón y de su presencia en nuestra vida, haciéndonos nuevas criaturas.
Es hora de alabarle, es tiempo de adorarle en espíritu y en verdad, aunque lo cierto es que toda la reunión debe cumplir este objetivo.
La reunión del grupo debe servir para que haya un estímulo mutuo entre los creyentes.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.