El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La única esperanza definitiva del género humano está en Jesús el Mesías y que Él regresará.
Cuando llegan las pruebas, siempre cabe la posibilidad de refugiarse, cubrirse, esconderse en Dios.
Todo lo que llega, por una u otra razón, es dado misericordiosamente por Dios.
El himno es un eco de la certeza de salvación que tiene el que ha puesto su fe en el sacrificio de Jesús en la cruz.
El tema es un hermoso canto a la confianza en Dios en medio de las dificultades.
“Gran evangelio del glorioso Dios” está basado en 1 Timoteo 3:16, es Cristocéntrico, experiencial y está lleno de anhelos y aspiraciones para los hijos de Dios.
La vida cristiana es una batalla y además lo es de manera continua, pero su metodología no es la de los ejércitos humanos sino la del corazón de Dios.
En tiempos de desgracia, de zozobra, de dificultad, de ataque no se me ocurre mejor conducta que la señalada por este negro espiritual.
Es Dios mismo y no una criatura a quien debemos agradecer y de quien podemos esperar todo lo bueno.
El himno invita a la gente a convertirse y acudir a Dios. Jesús llama a todos y lo hace de una manera dulce y amorosa.
Lo que resulta atractivamente hermoso en Jesús es su persona, su conducta y sus enseñanzas.
El himno reflexiona de manera conmovedora en el coste de la redención.
Nuestra esperanza no se basa en lo que podamos lograr en este mundo, sino en lo que Dios está haciendo en Cristo.
Aquellos que hayan sido aceptados por fe el sacrificio expiatorio de Jesús en la cruz estarán para siempre con Dios.
Más de 600 personas disfrutaron con la Orquesta y Coro de la Reforma Protestante, que interpretó obras de Bach, Mendelssohn, Tallis y Lutero.
Habla este himno de un amor que nunca nos dejará, el amor de Dios.
La canción está inspirada en la segunda Oración de Gregorio Nacianceno, en la cual compara el árbol del jardín con la cruz de Cristo.
Sigo creyendo en ese futuro del cual cantábamos cuando era niño.
Margaret Clarkson escribió su primer himno a los doce años, y a lo largo de su vida llegó a publicar 17 libros en 7 idiomas.
Heber escribió El Hijo de Dios va a la lid considerando la vida cristiana como una lucha a la cual el cristiano es desafiado a participar hasta el punto del martirio.
Dios es digno de que cualquier criatura le rinda la gloria y el honor porque es el Creador.
La cuarta estrofa de este himno suele ser omitida tanto en el original como en su traducción, está basada en Gálatas 6:14
Este himno tuvo un gran impacto en Martín Lutero, quien lo publicó en alemán en el segundo himnario protestante más antiguo.
No piensen en lo que acumulan porque los ataúdes no tienen bolsillos. Piensen en lo que dejarán a sus espaldas.
"Señor, lo que has llevado, yo solo merecí; la culpa que has pagado al juez, yo la debí".
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