El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Tenemos aquí un buen ejemplo de la confusión que puede generarse al mezclar asuntos científicos muy punteros con Dios.
El Dr. Brooke se centrará en su conferencia en la “Reforma religiosa y surgimiento de la ciencia moderna. Mito y realidad”.
Lo más simple es explicar este fenómeno por una única fusión de dos cromosomas en el linaje humano. ¿Pero qué evidencias hay de ello?
Las Iglesias deben avivar esta conciencia, formando y sensibilizando, animando a las buenas prácticas ambientales, personales y familiares, pero también ellas mismas deben predicar con el ejemplo.
Al orientar el desarrollo de una forma materialista y codiciosa, el ser humano ha ido generando daños e impactos que resienten el planeta y del que todas las especies, incluida la humana, son víctimas.
El DI no incluye una visión completa de la historia de universo y de la vida, ni tampoco una interpretación de los textos bíblicos de la creación.
La historia de la vida en la Tierra nos llega contada por las rocas
Los que invocan una conspiración para justificar sus opiniones en un asunto, tienden a descartar las conspiraciones que se inventan otros, acerca de distintos asuntos.
Lemaître nunca recibió el Premio Nobel, aunque hizo méritos suficientes para ello.
Un apologista cristiano tiene, como primer paso, que estar al tanto de los conocimientos del campo en el que quiere debatir.
Lennox sigue el creacionismo de la Tierra vieja. Acepta el big bang, la antigüedad del universo y la Tierra, pero niega la evolución, y se apunta al diseño inteligente.
Una apologética ‘concordista’ que confíe demasiado en nuestros actuales conocimientos científicos compromete innecesariamente el futuro del cristianismo.
En los relatos de los orígenes en el Antiguo Testamento lo que importaba era dejar claro, frente a todos los ‘mitos de los orígenes’ paganos, un punto esencial: nuestro mundo había sido ‘creado’ por Dios, y no había un rival para ese Dios.
Estaremos frente a un curso variado, donde fomentaremos al máximo las oportunidades de conversación e intercambio.
En su estado actual, la cosmología no tiene ni idea de si el Big Bang marca el comienzo del universo, o no.
El cerebro humano funciona globalmente con módulos interconectados y no -como se pensaba- con localizaciones rígidas de funciones. Por ello empeñarse en buscar un único “punto” de Dios es inútil.
“No debemos buscar, pues, en la Escritura verdades que han de ser descubiertas por las diferentes ramas de la ciencia”.
Pronto, detectar ondas G se convertirá en rutina y dejará de salir en portada. Somos, literalmente, comparables a un ciego a quien se acaban de ofrecer ojos.
La historia siempre es más compleja de lo que algunas reconstrucciones simplistas querrían. Y por lo tanto, hay que resistir el uso o el abuso de la historia con fines partidistas.
Me gustaría desacralizar la ciencia, quitarle esta aura artificial y explicar que, en última instancia, sus métodos y sus principios no son nada extraños a cada uno de nosotros.
Los cristianos debemos celebrar el avance científico y felicitarnos por la capacidad de la mente humana para entender más a fondo la obra de la creación.
Con un grupo ampliado de colaboradores, esperamos volver a traer a los lectores reflexiones sobre temas clásicos de ciencia y fe, así como las novedades que se producen en la investigación científica.
El Dr. Lucas expuso cómo el objetivo del texto bíblico es la pregunta ontológica sobre el “porqué”, que es algo que va más allá de la ciencia.
El Dr. Lucas impartirá este jueves la VII Conferencia Fliedner de “Ciencia y Fe” sobre el tema: “Relevancia del Génesis para la ciencia actual”.
Dos masas girando, la una alrededor de la otra, hacen vibrar el espacio, y estas vibraciones se propagan a la velocidad de la luz. Esas son las ondas gravitacionales.
Las opiniones vertidas por nuestros colaboradores se realizan a nivel personal, pudiendo coincidir o no con la postura de la dirección de Protestante Digital.