El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Los falsos maestros enseñan que no es malo contemporizar con gente de conductas permisivas. En su soberanía, Dios usa medios sorprendentes para guiarnos al arrepentimiento.
En Pérgamo, todo el tinglado político-religioso del imperialismo idolátrico, con el que los nicolaítas querían fornicar, se desenmascara como "trono de Satanás".
Cuando aparece un Balaam (falso profeta) no está lejos un Balac (rey de la tierra, emperador) dispuesto a instrumentar su enseñanza.
Un amplio sector de nuestra comunidad supuestamente cristiana ha cedido, a menudo sin darse cuenta, a la idolatría del materialismo y del pluralismo.
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