El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La batalla por la Verdad es “la buena batalla”, aquella por la que vale la pena luchar hasta sus últimas consecuencias, la carrera por excelencia.
La luz del Evangelio brilla potente en medio de tantas luces tenues. La Navidad nos recuerda que Dios ha bajado a este mundo para sufrir con nosotros, como nosotros y por nosotros.
¿Qué motivos de preocupación -peticiones- tienes en tu vida hoy? Identifícalos y haz una traducción: conviértelos en motivos de oración.
Si nuestro concepto de paz es sólo el lago tranquilo, entonces los problemas -el agua de la catarata- la ahogarán con facilidad.
El creyente puede pasar malos momentos, las circunstancias pueden ser muy duras, pero sabe que toda prueba es “periférica”; en el centro de su vida hay gozo.
Cuando más seguros y autosuficientes nos sentíamos, un virus nos ha recordado la fragilidad de la vida y nos ha puesto cara a cara con la muerte.
Hemos de convertir los tiempos de espera en tiempos de esperanza y de paciencia. Entonces descubriremos que Dios puede transformar nuestras adversidades en oportunidades.
El Salmo 91 ha infundido aliento y paz a millones de creyentes en el fuego de la prueba. Su mensaje es muy relevante a nuestra situación actual de epidemia.
Estamos convencidos de que Dios usará este “fuego de prueba” para un resurgir de los GBU y de Andamio.
Empezamos 2020 con ilusión, pero también con incertidumbres. La presencia de Dios en nuestra vida no garantiza que todo sea “verdes prados y delicados pastos”.
Una palabra sazonada con gracia y con sal es una palabra sana, y una palabra sana hace una prensa sanadora.
La oración modelo de Jesús en la prueba: “Que tu fe no falte”.
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