El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La mayoría de las personas no son conscientes que mientras no consigamos perdonar a los que les dañaron, seguirán atados a sus agresores de por vida.
¿Qué tenía Jesús que atraía a los marginados y a los señalados de su tiempo? ¿Qué nos falta de Jesús en nuestras Iglesias hoy?
Dios se ve atraído por los pobres, los marginados y los indeseados de este mundo.
La clave para ser un hijo de Dios no está en la denominación o la familia cristiana a la que pertenecemos, está en Jesús.
¿Qué sucedería si nos proponemos dejar a un lado lo que nos diferencia y nos enfocáramos en lo que nos une?
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