El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Que sea el Señor quien renueve día a día nuestra firmeza, aunque esta decisión sea contraria a lo que nos obliga la autoridad de turno.
Conforme va pasando el tiempo, disfrutamos más de la lealtad de Dios, y esa misma lealtad se convierte en una de nuestras características.
La historia de Acaz, que es el rey de Judá, y su truncado sueño de alianza con el gran monarca asirio Tiglat-pileser, es bien instructiva en cuanto a la confianza que resulta ser un quebradero de cabeza.
Texto dedicado a su compañera durante siete lustros, Jacqueline Alencar.
Hoy se defiende que las pequeñas mentiras no le hacen daño a nadie. Pero eso no es cierto porque al final todos engañan a todos.
Cada vez resulta más evidente que no nos fiamos de nadie, que acumulamos a las espaldas más y más decepciones que nos dejan en una especie de desazón continua, a la espera de cuándo llegará el siguiente golpe.
Urías era el único extranjero del grupo de valientes de David, y sin embargo mostró un honor y una fidelidad inigualables.
En ocasiones, el orgullo y la excesiva confianza en uno mismo nos abocan directamente al fracaso y la deslealtad.
No nos engañemos, todos necesitamos afianzar nuestra lealtad. Todos necesitamos aprender a ser más fieles cada momento de nuestra vida.
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