El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La poderosa realidad de lo que somos para Dios me bendice tanto que me provoca una bendita sensación de eterna gratitud.
El sentido de la vida no reside en la buenaventura, ni en el azar.
Según Jesús, estamos destinados a fructificar en el lugar donde Dios nos plantó.
Nos disponemos a “aprovechar bien el tiempo, porque los días son declaradamente malos”.
Percibo un claro sentido de urgencia de parte del cielo para la inminente venida del Señor.
Estaremos no solo ante un mundo realmente fascinante, sino y ante todo, estaremos para siempre con el Señor.
Tú eres Dios en toda su plenitud, en este tiempo estás actuando de una forma espectacular en el mundo entero y también en la Iglesia Universal.
Lo que ha marcado la diferencia en mi actitud ante la vida es mi descubrimiento personal de Dios. Sí, me estoy refiriendo a ese buen Dios que creó los cielos y la tierra y a todos los seres que gozan de vida orgánica.
Dios va a reivindicar su perfecta justicia ante los ángeles y demonios, ante sus redimidos e incluso ante los impíos.
La oración a Dios es un verdadero antídoto contra el afán, la angustia y la ansiedad.
Esta experiencia de transformación gradual se va implantando en nuestra vida con la aparición del fruto del Espíritu en nuestros actos y en nuestra vivencia espiritual.
Hemos de acabar cuanto antes con la duda bloqueante, este asesino invisible de nuestra fe.
Ha sido un descubrimiento sensacional ver en acción, a través de toda la Escritura, a un Dios emocionante por todas sus proezas, además de un Dios altamente emocionado con sus amados hijos.
Nosotros también tenemos que realizar nuestras primarias, pero en clave bíblica como una comunidad responsable que le entrega a la nueva generación lo mejor de sí misma.
Hoy en día, los feos y las feas ya no existen, porque una extraña influencia basada en la moda y en un abstracto concepto de lo estético es capaz de disimular su auténtica fealdad.
Veamos siete consejos prácticos y útiles para vivir un buen verano.
Todo el libro de Hageo es un alegato contra el abandono espiritual y la comodidad de nuestros pequeños castillos de marfil.
El pecado se produce de forma larvada en nuestro corazón carnal y sinuosamente va seduciéndonos.
Este poder de convicción, poder de persuasión y una santa determinación son lo que produce el Espíritu Santo cuando invocamos fervientemente su presencia.
Si no comprendemos el lenguaje y la acción del Espíritu Santo, no comprenderemos a Dios.
El Espíritu Santo conoce perfectamente los entresijos más complejos del alma humana y Él tiene una facultad única, porque es Dios mismo y actúa de formas diversas en nuestro mundo interior.
Nuestro desafío personal es vivir y andar cada día en el Espíritu, optando por las cosas que agradan a Dios, renunciando a todo lo que le desagrada como son las obras de la carne.
Sobrecogidos e impulsados por tan impresionante experiencia, comenzaron a testificar públicamente acerca de Jesús.
Se trata de hablar con inteligencia social y espiritual como hábiles pescadores de hombres y mujeres del siglo XXI.
Vivir un cristianismo de baja intensidad y asumirlo como una moralina religiosa se convierte en una pérdida de tiempo, además de aburrida en extremo.
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