El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El filme sigue a Charles Dickens y a su hijo Walter, mientras estrechan lazos al descubrir la vida de Jesús. El reparto está repleto de voces de renombre.
De los personajes de la literatura mundial, el creado por Charles Dickens es uno de los más memorables y arquetípicos de lo que puede sucederle a una persona cuando las circunstancias de la vida le ponen ante una encrucijada definitoria.
El problema por el que Dickens se aleja de la fe ortodoxa, para abrazar el deísmo unitario, es su incapacidad para ver la Providencia de Dios en la vida.
El mensaje de Charles Dickens es nítido, si un ser humano tan perverso como Scrooge pudo convertirse en una nueva persona, entonces hay esperanza.
Cuando Jesús regrese de nuevo con poder y gloria, pondrá cada cosa y a cada persona en su lugar, dará reposo al alma afligida, y no va a ignorar a todos los que han hecho sufrir a sus hijos sin causa.
La indefensión que experimentó el escritor en su tierna infancia es fundamental para entender su dificultad para creer en un Dios, cuya gracia providente se muestra en un cuidado real de sus criaturas.
Uno descubre que la persecución de esa ballena blanca no es sino un símbolo y espejo de esa fatiga universal que asola el espíritu del hombre.
Gómez habla sobre pasión por las naciones.
Melville no deja lugar a dudas: su novela trata sobre el vano intento de la criatura por acabar con el Creador.
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