El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
No controlamos nada, confiamos, que no es lo mismo...
Toda la fuerza, la valentía, la agilidad y la estrategia del guerrero no tiene ningún valor si le falta la lealtad.
Dios sigue siendo el mismo cuando estamos fuera de la iglesia.
¿Y tú? ¿No logras decidirte por Dios? Entonces es lo mismo (no decidir nada, es decir no).
-¡Dejadme entrar, soy el amigo ciego y sordo de vuestro Rey!
-¿Cómo dice? ¡Sí, la persona a la que tiene que ver es al señor Cuervo! ¡Vamos, sígame, se lo voy a presentar, yo soy su esposa!
Mendigan sus centimitos de cariño cotidiano mientras ignoran que están sentados sobre un enorme yacimiento de amor incondicional.
Todas esas personas que se cruzan en nuestra vida, son el jardín de Jesús. Nosotros somos los jardineros: Uno siembra... Otro riega.
Tiran los espejos Feng Shui, las estatuillas de Ganesh y los diferentes juegos de tarot. ¡De ahora en adelante, ya no necesitan amuletos ni protecciones ya que tienen todo eso y mucho más… solo en Jesús!
La dulzura de esta voz aún le resulta desconocida: ¡Es la de Jesús! ¡Y es tan apaciguadora que, por primera vez, Vero consigue conciliar el sueño!
El cuerpo empapado en sudor de su esposa es víctima de grandes espasmos. ¡A Vero le gustaría poder gritar, pero siente que su voz está atrapada en la garganta!
Los Tada consultan a toda clase de “especialistas”... e incluso a su animal tótem (¡una serpiente!) para intentar descubrir lo que todavía les falta…
Nuestras primeras canciones son festivas. Pero en el momento en que Lilu, nuestra cantante, presenta una canción solemne, Dios interviene: Esta canción es una oración…
Cuando terminamos, todo se calmó. La tormenta se alejó, el viento (¿del espíritu?) nos reconfortó, me invadió la paz...
Veo algo especial en la mirada de mi pequeño, un brillo más fuerte que el de los trofeos ganados por los ilustres personajes de este mundo.
Un joven cristiano ha conseguido que me dejaran entrar en su escuela de cómics. He podido testificar a toda su clase a pesar de que su profesor no se sentía muy a gusto oyendo hablar de Dios con tanta libertad.
Dos cánticos más tarde, veo salir al tipo por la puerta de atrás, seguido por el pastor dos coros después. Ya no aguanto más, tengo que ir a ver lo que está pasando…
Lo que más me gusta de estos macroencuentros, es estar entre bastidores, lejos del escenario. Con gran alegría, puedo constatar que la sinceridad de los participantes es la misma aquí que en el escenario.
Buena noticia: La paz no depende de las circunstancias…
Mi hijo Benjamín está apoltronado en su escritorio haciendo trucos mágicos en su ordenador, pero cuando le veo abrir los ojos de par en par, comprendo que se trata realmente de… ¡3,4 millones de visitas!
Algunos días más tarde, estoy preguntándome como arreglármelas con esas cosechas múltiples e inminentes, cuando uno de mis amigos y consejeros se planta en el taller.
El camino está tan limpio que se diría que acaba de ser dibujado para un libro de cuentos y leyendas de niños. Una delegación encorbatada me espera a la entrada y me acoge cual equipo técnico de un piloto de fórmula uno.
Porque si yo tampoco entiendo nada de lo que me sucede, al menos sé que Dios seguramente no está lejos.
Casi me olvido de las realidades que me rodean durante las semanas que dura esta etapa de la creación, mi corazón no late más que para esta tarea.
Un simple CD con el testimonio de un simple tipo se ha convertido en una semilla de vida.
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