El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
El barro de hoy es una enseñanza para el mañana, dura y difícil de asumir, pero debe servir para algo más, no puede ser en vano.
Tenemos un miedo atroz a perder la autoridad con nuestros hijos, ¿no te parece?
Hay cosas en esta sociedad que aún tienen muchísimo que adaptar, aprender y mejorar, para que los niños puedan transitar su infancia en este mundo de manera más respetuosa.
Hay algo que Jesús me ha mostrado con claridad: su manera de mirar la infancia le da sentido y forma a todo lo demás.
La necesidad extrema de superar, conseguir o encontrar lo que busco es un dios tan sutil como invasivo, ocupándolo todo, eclipsándolo todo.
Nunca serás un dios tan minúsculo que hagas según se me antoje, manipulable, un dios a mis pies, limitado a mi corta comprensión de la vida.
La escuela de la gracia nos proporciona herramientas para que ser una persona altamente sensible se convierta en un don de valor incalculable.
Nuestra identidad no está en el pasado, está en nuestro origen, en las manos del alfarero.
Señor, abre nuestros ojos para que sepamos mirar con misericordia cada una de las vidas que nos rodean.
¿Por qué es tan difícil reconocer que el corazón y las emociones también se hieren, se distorsionan y se hacen costosas de sobrellevar?
Es liberador asumir que lo que siento o percibo en medio de mi dolor puede que no sea la verdad absoluta.
Te instalas en mi horizonte a tus anchas, coges el lugar más destacado, y te aposentas como una reina deseando gobernar los pensamientos, los actos, las emociones.
El lamento permanente es vivir estancado y no ver más allá de nuestras propias limitaciones.
Son queridos compañeros de viaje, hombros en los que llorar, abrazos en los que descansar, sonrisas que iluminan la oscuridad del alma.
La tormenta comienza, las olas amenazan y el barco se desestabiliza, es entonces cuando las preguntas se amontonan en mi mente.
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