Este artículo fue publicado el pasado 26 de junio de 2007 en la web de la FEREDE (Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España, representante legal ante el Estado español). Figura como artículo de opinión firmado por Jorge Fernández, responsable del Departamento de prensa de FEREDE. Lo publicamos íntegra y literalmente (incluidas las negrillas) con el interés de completar las diferentes perspectivas institucionales evangélicas sobre un tema de máxima actualidad, como es en España la

Uno de los hobbies que me ha acompañado desde que tengo uso de razón, es el dibujo humorístico y las caricaturas. Me pasé la infancia copiando a los maestros del humor y, siendo joven, tomé clases de dibujo con la intención de dedicarme profesionalmente a este arte que, aunque parezca una paradoja, yo no me tomaba a risa, sino muy en serio. Con el tiempo, otras responsabilidades y ocupaciones invadieron mi vida y abandoné la idea.

No cabe ninguna duda…, el gigantesco dragón chino se ha puesto en movimiento y el eco y el temblor de sus pisadas replicarán en cada rincón del mundo, en los días venideros…

Tuve el privilegio de conocer personalmente a Agop Bedrossian en los años 80, en Buenos Aires. Por aquel entonces yo tenía algo más de 20 años y él rondaba los 90. Con el tiempo, una de mis hermanas se casó con uno de los nietos de Agop: Ricardo Bedrossian, abogado y pastor de una dinámica iglesia evangélica en una zona céntrica de la capital porteña.

Alto y claro. Así los jóvenes evangélicos argentinos se han expresado ante el Senado de la Nación, mediante la lectura de un manifiesto en el que denuncian la grave crisis social, moral y espiritual que atraviesa la juventud argentina, a la vez que proclaman la fe en los principios y valores que manan del Evangelio para la construcción de un futuro mejor y más justo.

Deseo expresar mi más profunda satisfacción por el llamamiento público pronunciado por la Alianza Evangélica Española - y publicado en Protestante Digital - invitándonos a la unidad en torno a la Palabra de Dios, recordándonos la importancia que tiene el apoyarnos en uno de los pilares fundamentales del protestantismo histórico: la "Sola Scriptura".