El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Se aplican deducciones de impuestos a budistas, ortodoxos, testigos de Jehová y mormones, de las que ya eran beneficiarios católicos, evangélicos, judíos y musulmanes.
Se pueden decir de él muchas cosas, pero si hay algo que caracteriza su trayectoria, es su preocupación espiritual, algo tristemente ausente en la mayor parte de la literatura española actual.
Según el ateísmo, lo único que posee existencia real sería el universo físico o material.
Apenas tres meses después del atentado que acabó con la vida de más de 200 personas en la isla, las tensiones entre budistas y musulmanes persisten.
Un estudio a partir de datos recogidos en 2015 muestra que el 84% de la población se identifica con alguna religión. La demografía es el factor principal que explica el crecimiento de adeptos.
Convocados por el cardenal católico Antonio Cañizares, participaron líderes en España de la religión judía, musulmana, budista e hinduista y las confesiones adventista, ortodoxa y evangélica.
En 2015, se vendieron 12 millones La mitad de los diez libros cristianos más vendidos son libros para colorar para adultos, según la Asociación de Editores cristianos evangélicos.
Un estudio estadístico prevé que para 2050 el número de musulmanes será similar al de cristianos, casi un 30% de la población mundial.
El decimocuarto líder espiritual del budismo tibetano apunta a que la institución del papa budista ya no tiene sentido.
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