El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
La ayuda práctica de unos hermanos con otros era un distintivo de la iglesia en Hechos, que se ve sacudida cuando la falsa generosidad se hace presente.
Vivimos en una sociedad que se dice tolerante, pero no es así. Lo mismo pasó con la primera iglesia: en cuanto se expresó, surgió el conflicto y llevaron a juicio a los primeros cristianos.
Pedro y Juan se encuentran con un hombre cojo de nacimiento pidiendo limosna. El poder de Jesús se manifestó en el milagro de levantarlo para una nueva vida.
El sueño de la comunidad se hizo realidad durante la primera etapa de la iglesia cristiana en Jerusalén.
Al llegar a la historia del inicio de la iglesia, vemos que esos temerosos discípulos se convierten en los valientes defensores de Jesús.
A partir de algo que, a ojos humanos, parecía pequeño e insignificante, la historia de la humanidad cambió para siempre. Así fue la obra del Espíritu Santo en Pentecostés.
En nuestro viaje, lo que más merece la pena son las personas que nos acompañan. Por eso es tan importante para los discípulos saber dónde está el Jesús resucitado.
Hay finales que son un principio. El evangelio de Juan se cierra con un Jesús vivo que se relaciona con unos discípulos, aún cuando estos no le buscan.
La fe cristiana se sustenta en la historia: su sentido se basa en la verdad de la muerte y resurrección de Jesús.
¿Quién es este hombre? La clave de Jesús se encuentra a la luz de la cruz.
La pregunta de Pilato al juzgar a Jesús es un eco del escepticismo con el que muchos se enfrentan a la existencia.
No es extraño que Jesús hable de lo que va a ser el futuro a unos discípulos que se quedan en el mundo, pero no pertenecen a él.
Jesús habló de problemas, persecución y dificultades para los que le siguen. Pero el que pierda por él su vida, la salvará.
El fruto es reconocido por otros. Lo disfrutan y lo comparten los otros. No es alimento para la propia planta que lo produce.
La amistad es uno de esos valores que nunca pasan de moda. Pero ¿qué significa que el mismo autor de la vida, el que tiene el universo en sus manos, hable de tener una amistad con él?
No es fácil alcanzar lo que queremos. Muchos dicen que Dios les ayuda en su camino, sin embargo Jesús advierte que nada es posible sin él.
El sentido de orfandad que experimentamos toma una dimensión espiritual a la que Jesús responde: él no deja solos a sus seguidores.
Hay muchas cosas que en el cristianismo son ofensivas, como la afirmación de Jesús que él es el único camino para conocer y llegar a Dios.
Hablar del cielo a algunos les parece motivo de burla, a otros de escapismo o especulación. Pero Jesús habló claro sobre un lugar que él prepara para los que le siguen.
¿Quién no ha pensado que un día se descubrirá nuestra impostura, lo que somos en realidad? Jesús es la luz que vino al mundo y pone en evidencia lo que hay en la oscuridad.
Lo que hacemos habla de lo que somos. Eso es lo que nos muestra Jesús al lavar los pies de sus discípulos.
El que ama su vida, la perderá, pero el que la aborrece, la guardará. Exploramos lo que implica esta peculiar enseñanza de Jesús.
La muerte es la realidad de la que nadie puede escapar. La historia de Lázaro nos muestra la compasión de Cristo y la respuesta final que él viene a dar ante este, el enemigo final.
La imagen popular del cielo es algo que parece poco entretenido. Pero el verdadero paraíso, al que invita Jesús, es muy diferente.
A partir del capítulo 9 vemos cómo actúa la luz en aquellos que la recibieron, en la persona de Jesús.
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