El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Todos nos vemos mejor de lo que somos, pero se trata de una ceguera muy común. Hoy nos paramos a examinar lo que Dios tiene que decir de cada uno.
El congreso mundial que organiza Billy Graham descubre a Escobar como una voz original y necesaria en el acercamiento evangélico a los retos que se enfrentaban en el contexto latino.
La diferencia para Schaeffer que hace al cristianismo distinto a cualquier otra religión, es que “Dios lo hizo todo”. Siempre acababa mostrando nuestra culpabilidad moral, para anunciar que Cristo murió por nosotros en la cruz.
El amor al dinero es el origen de muchos males. Jesús veía la avaricia en el corazón y denunció la hipocresía de los religiosos.
Escobar recuerda cómo desde los 60 el movimiento estudiantil que emergía en tantos lugares del mundo impacta en la fe, y la fe en los estudiantes.
Su pensamiento se vuelve europeo en Suiza durante los años 60, para acabar siendo precursor de la política moral cristiana al volver a Estados Unidos.
Todos tenemos un sentido de extravío, pero Jesús nos muestra en qué sentido necesitamos ser rescatados, a través de tres historias: la oveja perdida, la moneda perdida y los hijos perdidos.
Escobar recuerda con emoción su familia y medita en la influencia tan importante que tienen los padres en nuestra vida. Repasa su labor colaborando con revistas en Argentina y su primer viaje a Europa.
Schaeffer se dio cuenta que lo que le faltaba era el amor. No podía distinguir lo fundamental de lo secundario porque el amor a la verdad no hacía que mostrara la verdad en amor.
El problema de la religión es que nos puede volver engreídos. Por eso Jesús le da la vuelta a esa aspiración, enfatizando que los últimos serán los primeros.
Escobar estudió Letras en Lima, donde también conoció a Lilly, su esposa. Uno de sus maestros será el misionero Juan A. Mackay, que había sido alumno de Unamuno en Salamanca.
Él era pastor, misionero y conferenciante, pero tenía el valor de decir en voz alta, lo que muchos nos preguntamos en nuestro interior.
Aunque creemos tener la vida por delante, lo cierto es que enfrentaremos el final en el momento más inesperado.
Un nuevo podcast dirigido por José de Segovia repasa la historia de vida y pensamiento de Samuel Escobar, a partir de varias conversaciones grabadas en años recientes.
El teólogo y pensador peruano ha marcado la historia de la teología y la misión evangélica desde finales del siglo XX. José de Segovia conversa con él en este nuevo podcast.
La Buena Noticia del Evangelio es que una cruz ha atravesado el abismo. Alguien se ha enfrentado a “la potestad de las tinieblas” (Lucas 22:53).
La mirada hacia delante que nos hace cambiar nuestra perspectiva en la Biblia viene marcada por la profecía. Porque no solo importa mirar al pasado, sino también al futuro.
Este mundo, sea quien sea quien reine, no tiene otra solución que el mismo Dios viniendo a salvarlo. Por su muerte y resurrección hay un gran futuro para el planeta Tierra.
La ambición económica parece que controla nuestras vidas, lo que se expresa en nuestra relación con el dinero y lo que en él buscamos. Jesús advirtió que las riquezas se pueden convertir en idolatría.
Es a los que han destruido su vida y son conscientes de su miseria, que el Señor presenta su misericordia.
La neutralidad es un mito, dado que todos acabamos creyendo en algo. A Jesús le demandaban una señal, pero les mostró cómo aquellos que lo pedían ya habían decidido.
Ha muerto de cáncer a los 63 años el director francés, que hizo una película en español de la novela de Leonardo Padura, censurada en Cuba, Regreso a Ítaca.
Hay oscuridad en nosotros, pero hay además una dimensión profunda, con un poder invisible operando. El evangelio nos muestra que el mal está presente en aquel que se ha rebelado contra Dios, pero que Jesús es más poderoso.
En su casa no había imagen alguna, pero pintó cien veces la cruz como símbolo universal del sufrimiento.
Todos tenemos cosas que hacer en la vida y sentimos a menudo una sensación de agobio, incluso de ansiedad. Por eso es importante pararnos para considerar hacia dónde va nuestra vida.
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