El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
Según la cosmovisión hebrea de la época, el infierno era el sitio donde los gusanos, que devoraban a los allí recluidos, jamás cesaban en su macabra tarea putrefactora.
La Biblia emplea coloquialmente la palabra “gusano” para referirse a animales de cuerpo blando y alargado.
Jesús, clavado en el madero, derramó también su sangre carmesí para dar vida abundante a todos sus hijos.
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