El País ha publicado en su edición de este sábado un bochornoso artículo sobre el crecimiento de iglesias evangélicas en la zona de Carabanchel.
A pesar de la impresión popular de que Van Gogh descartó su fe en Cristo cuando se convirtió en artista, sus cartas revelan que Jesús siguió siendo su principal inspiración.
Hablar de lo eterno sin hablar de Cristo solo puede generar cargas insoportables, piedras que nadie estaría dispuesto a mover. Necesitamos de la esperanza cristiana para afrontar algo así.
Para Van Gogh, el cristianismo consiste en un amor que Cristo despierta en nosotros, pero que nosotros debemos lograr con todos nuestros esfuerzos.
La paz tuvo poco espacio en su vida interior convulsionada e inestable.
Muchos imaginan la disciplina estricta de una fe fundamentalista, pero su padre fue un pastor reformado liberal. El pintor realizó su particular Getsemaní entre olivos, cipreses y campos encendidos de trigo.
Su padre era un pastor reformado bastante liberal. Hablaba más de Cristo como ejemplo, que como sustituto del pecador.
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